alimentación – Ateuves, para el auxiliar veterinario https://ateuves.es Si eres auxiliar veterinario, Ateuves es la web donde encontrarás toda la información técnica y de actualidad que necesitas Tue, 16 Jun 2020 08:39:00 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.4 Insectos en el pet food de nuestras mascotas /insectos-en-el-pet-food-de-nuestras-mascotas/ /insectos-en-el-pet-food-de-nuestras-mascotas/#respond Tue, 16 Jun 2020 10:38:31 +0000 https://ateuves.es/?p=10289 El uso de insectos como un ingrediente más en la alimentación humana y animal tiene como base su riqueza en los nutrientes mayoritarios, que podría competir con los tradicionales. Sin embargo, el desarrollo del consumo de insectos choca directamente con la aceptación de los propietarios. El incremento de la población mundial, su actual modo de [...]

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El uso de insectos como un ingrediente más en la alimentación humana y animal tiene como base su riqueza en los nutrientes mayoritarios, que podría competir con los tradicionales. Sin embargo, el desarrollo del consumo de insectos choca directamente con la aceptación de los propietarios.

El incremento de la población mundial, su actual modo de vida en los países desarrollados y el incremento de la superficie ganadera (casi el 70 % del terreno agrícola) plantea ciertas dudas sobre la sostenibilidad del planeta. La creciente demanda de fuentes proteicas destinadas a la alimentación no deja de ser motivo de preocupación considerando la competencia por este nutriente entre los animales de abasto y el consumidor (humano). Todo ello, sin considerar el impacto ambiental de las emisiones ganaderas y el efecto invernadero. Por otra parte, solo en la Unión Europea (UE) se generan anualmente 90 millones de toneladas de residuos alimentarios procedentes de los hogares, distribuidores y la industria del sector (figura 1).

Esta situación ha determinado que se busquen nuevas fuentes alternativas de proteína que aseguren la seguridad alimentaria. El consumo de insectos como alimento está descrito desde hace milenios; sin embargo, desde hace poco menos de diez años, su interés como ingrediente base ha ido en aumento. Actual-mente se cita una cifra superior a las 2.000 especies de insectos que son consumidas por algunos animales salvajes y por los humanos, a pesar del rechazo que generan al consumidor.

Características nutricionales de los insectos

La gran variedad de especies, sexo, etapa del desarrollo, características del sustrato de crecimiento y las condiciones medioambientales de producción dificultan establecer unos valores estandarizados. En la tabla 1 se expone un ejemplo del contenido en proteína y grasa de dos especies en diferentes estadios de desarrollo. A pesar de estas diferencias, en general suelen tener un alto contenido en energía, proteína, aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas y minerales. De las múltiples especies de insectos, actual-mente en la UE se comercializan como pet food los grillos, saltamontes y langostas y los gusanos de la harina. Su presencia como mate-ria prima en los alimentos comerciales no está muy extendida, suelen ser el tercer ingrediente mayoritario en la lista de ingredientes (al 10 %) y su precio medio es inferior a los 10 €/kg, dependiendo del tamaño del saco.

Energía

Las calorías aportadas cambian dependiendo de la especie de insecto, con valores que van desde las 674 kcal/kg en el caso del gusano de seda a las 2.747 kcal/kg en el del gusano de la cera, todo ello comparable a la energía de la carne de ternera (2.822 kcal/kg) o de pollo (2.430 kcal/kg) (tabla 2).

Proteína

Su concentración es tremendamente variable, con valores que van del 7 al 95 % -con un nivel medio superior al 50 %- y una digestibilidad del 90 %. Todos estos valores son muy similares a los de los productos cárnicos de origen animal. En concreto, los grillos, saltamontes y langostas son los de mayor contenido en proteína (tabla 3). Además, su contenido en aminoácidos es superior a las recomendaciones de las publicaciones científicas y de los organismos independientes (FEDIAF o AAFCO), aunque hay diferencias respecto a algunos aminoácidos y la especie de insecto. Desde el punto de vista de la calidad de la proteína para las mascotas, se observa que la combinación de los azufrados (metionina-cisteína) representa el primer aminoácido limitante, seguido del triptófano. Es importante recalcar que no poseen taurina, beta sulfoaminoácido esencial en los gatos y condicional en algunas etapas de la vida de los perros.

Grasa

Es el segundo nutriente en importancia, con unos niveles medios del 25 % según la especie (escarabajos) y desarrollo (larvas) y ricos en ácidos grasos poliinsaturados. Por tanto, aportan ácidos grasos esenciales omega 3 (ác. α- linolénico) y omega 6 (ác. araquidónico), tan necesarios para la salud del perro y el gato.

Carbohidratos y fibra

En general, la concentración de carbohidratos es cercana al 10 %. Uno de ellos es la trehalosa, disacárido presente en la sangre de los insectos cuya función principal es el aporte de calorías. Los cánidos sí tienen actividad trehalasa para degradar este azúcar y obtener energía, por lo que su consumo puede ser interesante en pacientes obesos prediabéticos. Sin embargo, en los gatos la actividad de esta enzima es inexistente, al igual que en la especie humana. Respecto a la fibra, aportan también un 10 %, sobre todo en su exosqueleto, aunque gran parte de ella es indigestible (quitina). Las enzimas responsables de la degradación dependen de la adaptación a este tipo de dietas; en los países donde se comen insectos de manera habitual los mamíferos pueden utilizar este tejido. Los cambios se producen a nivel molecular, aunque se precisan mayores investigaciones científicas que nos indiquen qué ocurre en el perro y el gato.

Vitaminas y minerales

En el caso de los minerales, los resultados varían según la disponibilidad para el orga-nismo, la especie de insecto y el tipo de mineral. La principal limitación para su empleo es que son muy escasos en yodo y calcio ya que estos dos minerales no son necesarios para los invertebrados. Sin embargo son una buena fuente de zinc y hierro, y en menor medida de cobre, magnesio y manganeso. Respecto al contenido en algunas vitaminas, en el caso la vitamina A, E, D, tiamina (B1) y cobalamina (B12), los niveles detectados en los insectos no llegan a cubrir el 30-50 % de las recomendaciones para perros y gatos.

Extraído de Silvia Miguélez-Fernández, Insectos en el pet food de nuestras mascotas, Ateuves 86, págs. 12-14.

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La alimentación en perros diabéticos /la-alimentacion-en-perros-diabeticos/ /la-alimentacion-en-perros-diabeticos/#respond Tue, 09 Jun 2020 09:55:34 +0000 https://ateuves.es/?p=10260 En los perros la dieta desempeña un papel fundamental en el control de la diabetes y sus objetivos principales son alcanzar el peso corporal ideal del animal y reducir el efecto de hiperglucemia posprandial. En perros obesos: dieta rica en fibra Las dietas formuladas específicamente para perros diabéticos son ricas en fibra y pueden favorecer [...]

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En los perros la dieta desempeña un papel fundamental en el control de la diabetes y sus objetivos
principales son alcanzar el peso corporal ideal del animal y reducir el efecto de hiperglucemia
posprandial.

En perros obesos: dieta rica en fibra

Las dietas formuladas específicamente para perros diabéticos son ricas en fibra y pueden favorecer el control de la glucemia. Los perros con obesidad pueden presentan un grado variable de resistencia a la insulina, lo que puede dificultar el manejo de la enfermedad. Por ello, en perros obesos se debe llevar un
control estricto del aporte de calorías y utilizar dietas formuladas para la pérdida de peso. Por lo general, las dietas para la pérdida de peso tienen un contenido en fibra mayor que el que presentan las dietas formuladas para diabéticos.

En perros con baja condición corporal: dieta gastrointestinal

La diabetes no tratada generalmente conlleva una pérdida de peso, por lo que algunos perros diabéticos en el momento del diagnóstico pueden presentar una condición corporal baja y, por tanto, requieren una ganancia de peso para la normalización del peso corporal. En estos perros que están por debajo de su peso ideal, se aconseja administrar una dieta de alta digestibilidad (por ejemplo una dieta gastrointestinal), o dietas de mantenimiento, que son dietas con un mayor contenido calórico que el que presentan las dietas ricas en fibra.

Horarios de alimentación

En los perros diabéticos también es importante tener en cuenta los horarios de alimentación. La ingestión calórica que necesitan diariamente se debe repartir en dos tomas, alimentando al animal cada 12 horas y haciendo coincidir las tomas con la administración de la insulina. Es preferible que primero coma y justo tras la comida se le administre la insulina. De este modo, tenemos la opción de variar la cantidad de insulina en el caso de que el perro no quiera comer o coma muy poco; en este caso, administraremos solo la mitad de su dosis habitual de insulina.

Inconvenientes

Las dietas para perros diabéticos pueden tener algunos inconvenientes. Uno de ellos es que, al
ser un alimento rico en fibra, pueden tener una menor palatabilidad y algunos perros diabéticos
pueden rechazar su consumo. Otro inconveniente también relacionado con el alto contenido en fibra
es que se puede observar un incremento de la frecuencia de defecación, del volumen de heces, y
pueden presentar heces blandas o flatulencia. En aquellos perros diabéticos que presenten problemas
de aceptación del sabor, otra dieta alternativa para ellos puede ser una dieta gastrointestinal. Otra opción para perros diabéticos que no aceptan una dieta comercial para esta enfermedad es el uso de dietas caseras formuladas por especialistas en nutrición y personalizadas para las características de cada paciente.

Finalmente, y al igual que en los gatos diabéticos, en aquellos perros con diabetes y enfermedades concurrentes, la dieta deberá ser indicada por el veterinario y estar adaptada a la enfermedad concurrente. Por ejemplo, en perros con diabetes y pancreatitis, la dieta gastrointestinal baja
en grasa sería la dieta de elección (ver figura).

A: Perro macho, mestizo de 13 años de edad con historia de poliuria, polidipsia, vómitos y anorexia al que se le diagnostica diabetes mellitus y pancreatitis. Actualmente está estabilizado con un tratamiento de insulina y una dieta gastrointestinal baja en grasa; B: Imagen ecográfica del páncreas y duodeno con unos hallazgos compatibles con pancreatitis.

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Manejo dietético del gato diabético /manejo-dietetico-del-gato-diabetico/ /manejo-dietetico-del-gato-diabetico/#respond Tue, 02 Jun 2020 09:27:14 +0000 https://ateuves.es/?p=10222 El tratamiento de la diabetes se basa en la administración de insulina y una dieta apropiada para las características de cada paciente. La diabetes mellitus es una endocrinopatía común en los animales de compañía, con una prevalencia del 0,4 al 1,2 %. La mayoría de los gatos diabéticos padecen diabetes tipo 2, que se caracteriza por [...]

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El tratamiento de la diabetes se basa en la administración de insulina y una dieta apropiada para las características de cada paciente.

La diabetes mellitus es una endocrinopatía común en los animales de compañía, con una prevalencia del 0,4 al 1,2 %. La mayoría de los gatos diabéticos padecen diabetes tipo 2, que se caracteriza por un estado de resistencia a la insulina y una disfunción secretora de las células β pancreáticas productoras de insulina. Sin embargo, en perros es frecuente la diabetes tipo 1, que cursa con una destrucción autoinmune de las células β pancreáticas. En ambas especies, la diabetes mellitus se caracteriza por unos niveles persistentemente elevados de glucosa en sangre y los animales que la padecen suelen presentar signos como un mayor consumo de agua, incremento del volumen de orina, pérdida de peso e incremento del apetito.

El tratamiento de la diabetes, tanto en perros como en gatos, se basa en la administración de insulina exógena y en la implementación de una dieta apropiada para cada paciente. El objetivo principal del manejo dietético en gatos y perros con diabetes consiste en la normalización del peso corporal, además de minimizar el efecto hiperglucemiante en el periodo posprandial (periodo que transcurre después
de una comida). La estimación de la condición corporal puede realizarse según el body condition score (BCS),
un método semicuantitativo basado en la inspección visual y la palpación. La condición corporal se clasifica en una escala numérica del 1-9, donde el 5 representa una condición corporal óptima, y cada punto por encima del 5 representa un incremento de sobrepeso del 10 %. Entre las recomendaciones dietéticas para perros y gatos con diabetes existen algunas diferencias importantes, por lo que se abordarán ambas  especies por separado.

Manejo dietético del gato

En torno al 80 % de los gatos con diabetes sufren diabetes tipo 2, y la obesidad se considera un factor de riesgo importante. Por lo tanto, la mayoría de los gatos con diabetes en una fase inicial son obesos, si bien, según progresa la enfermedad, van perdiendo peso y masa muscular, de forma que en el momento
del diagnóstico de la diabetes estos gatos pueden tener sobrepeso, pueden estar en su peso ideal o pueden estar delgados. Por tanto, es necesario hacer una evaluación de la condición corporal y adaptar el aporte calórico a la condición corporal de cada paciente.

Las dietas formuladas para gatos diabéticos son ricas en proteínas y bajas en carbohidratos. Este tipo de dietas permite una reducción de los niveles de glucosa posprandiales en comparación con dietas altas en carbohidratos. Los gatos diabéticos alimentados con estas dietas ricas en proteínas y bajas en carbohidratos responden mejor al tratamiento de la diabetes, necesitan dosis más bajas de insulina y en ellos se obtienen unas concentraciones más bajas de fructosamina que reflejan un valor medio de la glucosa en sangre de las dos últimas semanas. Estas dietas se recomiendan independientemente de la condición corporal, si bien se ha de ajustar el consumo en función de cada animal, por tanto, se ha de aplicar una restricción calórica en aquellos gatos diabéticos con sobrepeso u obesidad (figura 1).

Figura 1. Gato macho, común europeo de 10 años de edad y 9,8 kg de peso que en un examen rutinario presenta obesidad (BCS=9) y diabetes mellitus (glucosa 338 mg/dl). Se trató con insulina y dieta para gatos diabéticos con restricción calórica.

Tras el tratamiento, algunos gatos diabéticos pueden dejar de necesitar insulina. Cuando un gato diabético lleva 4 semanas con valores normales de glucosa sin necesidad de insulina decimos que ha alcanzado la remisión de la diabetes. Los gatos en los que se consigue un control glucémico óptimo en los primeros 6 meses tras el diagnóstico, gracias a un tratamiento con insulina de larga duración y una dieta baja en
carbohidratos, presentan mayor probabilidad de entrar en remisión.

Por otro lado, aunque las dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas sean beneficiosas para el control de la diabetes en esta especie, y aunque su uso también es beneficioso en los estadios iniciales o de diabetes subclínica, no se ha demostrado que tengan un efecto preventivo de la enfermedad.

Régimen de comida

En cuanto al régimen de comida en gatos con diabetes y en tratamiento con insulina, se considera que tras el consumo de este tipo de dieta no existe un efecto posprandial marcado en la glucemia y que, por tanto, no es necesaria la administración conjunta de la dieta con la insulina, de modo que el gato puede seguir con su pauta habitual de alimentación, asegurando un mínimo de dos comidas al día. El consumo ad libitum también se considera apropiado, si bien cuando el animal presenta sobrepeso u obesidad, es necesario un control del consumo calórico, ya que la obesidad genera resistencia a la insulina.

Tipo de dieta

En general, se recomiendan dietas húmedas por su menor densidad calórica y por su aporte extra de consumo de agua. Además, en los casos que requieran disminución del peso corporal, la comida húmeda podría ser más beneficiosa, ya que puede contribuir a un menor consumo energético ayudando a conseguir la pérdida de peso. Una gran parte del éxito de un programa de pérdida de peso se basa en realizar un buen seguimiento de la evolución del peso corporal concienciando e involucrando a los propietarios, para ellos se han de programar revisiones al menos mensuales para registrar la evolución del
peso e ir ajustando el consumo según las necesidades individuales.

Enfermedades concurrentes

En gatos diabéticos con enfermedades concurrentes se debe adaptar la dieta a la enfermedad
concurrente. Por ejemplo, en gatos con enfermedad renal no se recomienda el uso de dietas altas en proteínas, por tanto, en gatos diabéticos con enfermedad renal leve se pueden utilizar dietas formuladas para gatos de más de 7 años (mature o sénior), ya que tienen un menor contenido de proteínas que las dietas para diabéticos, seleccionando aquellas con un menor contenido en fósforo. En casos de enfermedad renal moderada o avanzada se debe dar una dieta renal.

Extraído de Carlos Melián y Laura Pérez López. La alimentación en perros y gatos diabéticos, Ateuves 83, págs. 16-19.

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Alimentación de los cachorros: transición al alimento seco /alimentacion-de-los-cachorros-transicion-al-alimento-seco/ /alimentacion-de-los-cachorros-transicion-al-alimento-seco/#respond Tue, 12 May 2020 10:39:11 +0000 https://ateuves.es/?p=10132 Tanto durante la lactación como tras el destete, la alimentación de los cachorros es fundamental para que tengan un óptimo desarrollo. Transición al alimento seco Alrededor de la tercera semana de vida, los cachorros empie­zan a interesarse por el alimento seco, aparecen las primeras yemas de dentición, y empiezan a crecer de manera muy rápida. [...]

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Tanto durante la lactación como tras el destete, la alimentación de los cachorros es fundamental para que tengan un óptimo desarrollo.

Transición al alimento seco

Alrededor de la tercera semana de vida, los cachorros empie­zan a interesarse por el alimento seco, aparecen las primeras yemas de dentición, y empiezan a crecer de manera muy rápida. Será en este momento en el que se debe recomendar un buen pienso de transición.

En la actualidad existen en el mercado piensos de transición o “destete”, que tienen en su com­posición leche maternizada de perra, para que el cambio de alimentación sea más fácil a nivel digestivo y para que se siga reforzando su sis­tema inmunitario.

En este momento, lo ideal es dejar a los cacho­rros el alimento a libre disposición y humede­cido, para que ellos mismos vayan tomando contacto con los nuevos sabores y texturas que les presentamos.

Alrededor de la cuarta o quinta semana es cuando empieza a tener lugar el destete com­pleto de la madre, y los cachorros deben empe­zar a comer solos.

En esta etapa, el siguiente tipo de alimentación que debemos proporcionar a los pequeños es un pienso para cachorros. De hecho, debemos recomendar el pienso de la mejor calidad que se puedan permitir los propietarios, siempre teniendo en cuenta que esto no significa que sea el más caro, sino el que mejores características nutricionales tenga. En este tipo de piensos es muy importante prestar suficiente atención a la composición de nutrientes.

Proteínas

Debemos asegurarnos de que presentan una fuente de proteínas de alta calidad, ya que serán estos nutrientes los encargados de, entre otras muchas funciones, actuar a modo de “ladrillos” para formar las nuevas estructuras de su cuerpo y con las que tendrán que vivir el resto de su vida. También son muy importantes en el desarrollo y mantenimiento del pelo, de la piel, de las enzimas y tejidos digestivos e intervienen en numerosos procesos metabólicos como los endocrinos.

Grasas

En la nutrición canina, las grasas son las encar­gadas de proporcionar la energía que el orga­nismo necesita para ”trabajar”, para crecer, para regular su temperatura, etc. Por este motivo, es necesario que nuestro cachorro esté alimentado con un nivel de grasa adecuado para su desarro­llo y sus requerimientos.

Hidratos de carbono

Los hidratos de carbono son otro de los nutrien­tes con los que el organismo cuenta para obtener energía, y son necesarios para su vida. No debe­mos olvidar que el perro es un animal omnívoro.

Vitaminas y minerales

Tampoco debemos olvidarnos de las vitaminas y minerales, que les ayudarán a formar un aparato musculoesquelético sano y fuerte y a tener una piel sana. También intervienen en el desarrollo de la visión, en el crecimiento dental, en la repro­ducción y en el mantenimiento de epitelios.

Existen en el mercado piensos de cachorro adaptados a las necesidades nutricionales, incluso por tamaños de perros, porque no es lo mismo la energía o la cantidad de proteína que requiere un cachorrito de Yorkshire que pesa 100 gramos, que la que necesita un cachorro de Mastín Español que pesa 900 gramos.

En cuanto al número de tomas, existe mucha controversia en este sentido, pero habitual­mente se suelen dar 3-4 tomas diarias cuando empiezan con el alimento sólido; pasaríamos a 2-3 al cumplir los 5-6 meses y podríamos man­tenerlos así hasta que llegaran a su peso adulto para darles una o dos tomas diarias a partir de este momento.

Como profesionales, debéis estar a la altura para poder tener claros todos estos conceptos y poder dar una buena explicación al propie­tario que os la solicite, o incluso para que en las primeras visitas de los cachorros en las que se les habla de tantos temas a nivel de preven­ción, la alimentación sea uno de los temas estre­lla en las consultas. Hay que hacerles ver que también es una de nuestras armas de medicina preventiva, porque sabemos y está demostrado que cuanto más esfuerzo invierta el propietario en una buena alimentación para sus cachorros, más visitas al veterinario y dinero se ahorrará en el futuro cuando su perro sea adulto.

Control de ganancia de peso

El control de la ganancia de peso es un factor muy importante que hay que tener en cuenta en la cría de los cachorros porque será una de las principales evidencias que nos indiquen que “todo va bien”.

Una medida aproximada para llevar a cabo un buen control de esta ganancia de peso es hacer­nos una pequeña tabla e ir apuntando el peso de los cachorri­tos, teniendo en cuenta que a partir del segundo día de vida, la ganancia de peso esperada es aproximada­mente de 2 a 4 g por cada kg de peso de adulto que se espera que ten­gan cuando hayan terminado su crecimiento. Por ejemplo, si nuestro cachorrito es un macho de la raza Beagle, y conocemos el peso aproxi­mado de su padre o de lo que se espera para esa raza, que sería en torno a 13 kilos, nuestro cachorro debería ir ganando de 26 a 52 gramos al día. Son pesos muy distintos, pero recordad que siempre todas las tablas son orientativas porque no hay un individuo igual a otro.

Es muy importante que no se produzcan para­das en el crecimiento y la ganancia de peso de los cachorros, y en caso de que esto suceda, es necesario buscar el origen. Esto puede ser debido a una alimentación de baja calidad, a un bajo aporte de nutrientes, a un número reducido de tomas de alimento, o a algún problema de salud. Una vez descartadas las primeras hipótesis, debe­remos indicar al propietario que acuda rápida­mente al veterinario para buscar la causa exacta.

A medida que los cachorros empiezan a comer alimento sólido también debemos seguir contro­lando su crecimiento y ganancia de peso. Cuando acuden a las consultas veterinarias en esas pri­meras visitas de su calendario vacunal, es muy importante que les preguntemos a los propieta­rios si van notando que los perritos crecen, que comen bien, y es muy importante que nosotros llevemos un buen control del peso en su historial porque a partir de este momento empezaremos a tener ese doble control (en casa y en la clínica).

Extraído de Ana Martínez Montes, Alimentación de los cachorros en las primeras edades, Ateuves 84, págs. 20-23.

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Lactación y alimentación artificial en el cachorro /lactacion-y-alimentacion-artificial-en-el-cachorro/ /lactacion-y-alimentacion-artificial-en-el-cachorro/#comments Tue, 28 Apr 2020 10:04:10 +0000 https://ateuves.es/?p=10080 Tanto durante la lactación como tras el destete, la alimentación de los cachorros es fundamental para que tengan un óptimo desarrollo. Los perros, como mamíferos que son, desarro­llan en sus primeras semanas de vida el vínculo de la lactación, que los une con su madre y que, además de alimentarlos y reforzar su sistema inmunitario, [...]

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Tanto durante la lactación como tras el destete, la alimentación de los cachorros es fundamental para que tengan un óptimo desarrollo.

Los perros, como mamíferos que son, desarro­llan en sus primeras semanas de vida el vínculo de la lactación, que los une con su madre y que, además de alimentarlos y reforzar su sistema inmunitario, les enseña a crecer y a alimentarse hasta que son capaces de hacerlo por ellos mis­mos. Es en este momento, en el destete, cuando nosotros intervenimos, porque seremos los responsables de proporcionar a esos cachorros una alimentación adecuada que les haga crecer de forma sana, equilibrada y completa.

Lactación

La lactación es todo el periodo que transcurre desde que la madre empieza a amamantar a sus cachorros tras el parto, hasta que los pequeños son capaces de alimentarse por sí mismos.

Este periodo de lactación, en el caso de los cacho­rros, cumple dos funciones muy importantes:

  • La primera y principal, es la función nutri­cional, porque a través de la leche adquieren todos los nutrientes que necesitan para su crecimiento y desarrollo.
  • La segunda y no menos importante, es la fun­ción inmunológica. Esta se realiza a través del calostro. A diferencia de otros mamíferos, los cachorros nacen con un sistema inmunitario inmaduro, es decir, no es capaz de producir los anticuerpos necesarios para combatir las agresiones de microorganismos patógenos y, por ello, son las madres a través de este calos­tro las que les proporcionan lo que llamamos “inmunidad pasiva” durante las primeras 24-48 horas de vida, con la que transfieren los anticuerpos necesarios para que estén protegidos.

Alimentación artificial

En ocasiones, se presenta en la clínica un gran problema cuando acuden clientes con cachorros de pocos días o incluso horas. Normalmente esto sucede con cachorros que han sido abando­nados por sus propietarios, rechazados por sus madres o con cachorros de camadas muy gran­des, que han tenido un acceso restringido a las mamas y están comiendo poco. En estos casos, debemos preocuparnos no solo por la nutrición, sino por la inmunidad de estos pequeños.

En el caso de los perros, no existe un buen calos­tro comercial de reemplazo, por lo que la única manera real de hacerlo, sería coger una perrita que acabase de parir, y extraer calostro en las primeras 24 horas tras su parto (este calostro se podría congelar y cumpliría así su función).

Los calostros artificiales comercializados para perros suelen estar fabricados a partir de calos­tros de bovino. Este calostro proporciona una buena inmunidad a nivel local, pero no protege a los cachorros frente a enfermedades específicas de los cánidos como por ejemplo la parvovirosis.

En cualquier caso, debemos tener claro que una vez pasadas las primeras 24 horas tras el nacimiento, ya no es útil este calostro. Este es el momento en el que deberemos instar a los propietarios a que empiecen a dar las leches maternizadas de sustitución.

Cuando los propietarios nos preguntan qué tipo de leche deben dar a sus cachorros, este debe ser nuestro argumento científico para que entiendan que un cachorro no se debe alimen­tar con leche de vaca: porque la composición y los requerimientos de nutrientes no son los mismos (ver tabla).

Respecto al tipo de alimento, lo ideal es utilizar leche en polvo por varias razones:

  • Es fácil de dosificar.
  • Es un alimento completo y equilibrado.
  • La falta de humedad hace que no se estropee por contaminación bacteriana con tanta faci­lidad como la leche líquida.

De forma natural, un cachorro que está con su madre ingiere leche más de 20 veces al día, sobre todo las primeras semanas. Alimentarlo de manera artificial es muy complicado, pero hay que indicar a los propietarios que tienen que dar alimento como mucho cada 3 horas y a un ritmo regular.

Extraído de Ana Martínez Montes, Alimentación de los cachorros en las primeras edades, Ateuves 84, págs. 20-23.

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Consejos sobre nutrición en tiempos de confinamiento /consejos-sobre-nutricion-en-tiempos-de-confinamiento/ /consejos-sobre-nutricion-en-tiempos-de-confinamiento/#respond Fri, 03 Apr 2020 09:38:04 +0000 https://ateuves.es/?p=9976 El grupo de nutrición de AVEPA ha compartido unas recomendaciones para aconsejar adecuadamente a los propietarios de mascotas durante la cuarentena por el coronavirus. En ellos destacan que mientras las opciones de movilidad sean limitadas y el confinamiento se mantenga en mayor o menor grado, los veterinarios y auxiliares deben controlar algunos puntos clave para [...]

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El grupo de nutrición de AVEPA ha compartido unas recomendaciones para aconsejar adecuadamente a los propietarios de mascotas durante la cuarentena por el coronavirus.

En ellos destacan que mientras las opciones de movilidad sean limitadas y el confinamiento se mantenga en mayor o menor grado, los veterinarios y auxiliares deben controlar algunos puntos clave para ofrecer las recomendaciones adecuadas a los propietarios.

Puntos clave sobre nutrición en la clínica

1. Control del peso: dada la menor actividad que algunos perros, principalmente, pueden acusar en este periodo de menor movilidad, el control del peso y la condición corporal es especialmente importante para prevenir el riesgo de sobrepeso.

2. Disponibilidad de alimento: la mayoría de productores de alimentos para mascotas continúan su producción, por lo que no deberían producirse problemas de suministro.

3. Gestión de comportamientos pedigüeños: el tutor por prestar atención a su animal durante más tiempo a lo largo del día puede que tenga la percepción que el perro o gato pide comida más frecuentemente y darle la sensación de que tiene hambre.

4. Gestión de los extras: no deben administrarse más extras (productos complementarios fuera de su ración completa diaria) de los habituales, aunque se pase más tiempo con el animal.

Puntos clave para el propietario

Además, también ofrecen una serie de consejos que pueden aplicar directamente los propietarios con sus mascotas:

1. Ser previsores y organizados: tener suficiente alimento para la mascota y no cambiar de alimento sin consultarlo con el veterinario.

2. Controlar el peso: adecuar la ración al nivel de actividad y pesar a la mascota cada dos semanas.

3. Gestionar los extras: evitar premiar en exceso pese a estar más tiempo en compañía de la mascota.

 

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Tratamiento de la obesidad en mascotas /tratamiento-de-la-obesidad-en-mascotas/ /tratamiento-de-la-obesidad-en-mascotas/#respond Fri, 27 Mar 2020 11:07:12 +0000 https://ateuves.es/?p=9953 La obesidad es uno de los trastornos nutricionales más frecuentes que se producen en los animales de compañía; cerca del 40 % de los adultos están obesos. ¿Por qué es tan difícil de controlar? ¿Qué puede hacer el auxiliar en este tema? El tratamiento de la obesidad a corto plazo consiste en reducir la reserva [...]

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La obesidad es uno de los trastornos nutricionales más frecuentes que se producen
en los animales de compañía; cerca del 40 % de los adultos están obesos.
¿Por qué es tan difícil de controlar? ¿Qué puede hacer el auxiliar en este tema?

El tratamiento de la obesidad a corto plazo consiste en reducir la reserva de grasa corporal. Lo podemos conseguir mediante la restricción de la ingestión dieté­tica, hacer que aumente el gasto energético o combinando ambos métodos. A largo plazo nos debemos plantear que cuando el perro ya haya recuperado su peso ideal, debe mantenerlo.

El programa de pérdida de peso es donde actúan los auxiliares en mayor medida: deben pesar al perro una vez a la semana y conseguir que disminuya de un 1 a un 3 % a la semana, pero disminuyendo al máximo la sensación de hambre y la pérdida de tejido magro corporal. Por ejemplo: un perro cuyo peso ideal sea de 25 kg y pese 30 kg debería perder entre 0,3 y 0,9 kg por semana.

Cualquier programa de reducción de peso debe­ría incluir tres aspectos importantes, cambio de la conducta alimentaria, ejercicio y modifica­ciones dietéticas. El cambio de las conductas, incluyen tanto las de los propietarios, como las del perro.

Cambio de las conductas

Se trata de hacer desaparecer los hábitos nega­tivos, como dar restos de comida, dietas energé­ticas y muy sabrosas, no dejar que el perro pida comida y no darle con demasiada frecuencia galletas o snacks. El perro debe estar lejos de la cocina mientras se prepara la comida y fuera del comedor cuando se come, y utilizar más las caricias como premio que las “chucherías”. El éxito del programa dependerá de que se cum­plan las recomendaciones en un alto porcentaje.

Los fracasos en la pérdida de peso vienen más por la escasa voluntad del propietario de llevar a cabo la pérdida de peso que por el alimento recomendado. Por ello, es muy importante la implicación con el auxiliar de la clínica y pesarle semanalmente durante el primer mes, para pasar luego a pesarle una vez cada 15 días.

El ejercicio es fundamental

Se ha comprobado que durante la práctica de ejercicio moderado pero constante, el consumo calórico varía proporcionalmente con el gasto energético, mientras que la disminución de la actividad hasta un nivel sedentario produce aumento del consumo y aumento de peso.

Debe quedar claro que el aumento del ejerci­cio debe ser progresivo. Por ejemplo, realizar una tabla a los propietarios para empezar con veinte minutos, tres a cinco veces por semana e ir aumentando el tiempo y la intensidad a medida que el perro vaya perdiendo peso y que su tolerancia al ejercicio sea mayor. Hay que tener mucho cuidado con los sobreesfuerzos.

Importancia de la dieta

De cualquier manera la dieta es el factor más importante. Habitualmente, si se aporta una dieta que contenga entre un 60 y un 70 % de las calorías necesarias para mantener el peso cor­poral actual, se consigue una pérdida de peso adecuada. En algunos casos podemos llegar a reducir el aporte energético hasta un 40 % de las calorías necesarias.

Existen en el mercado numerosas dietas ade­cuadas para la pérdida de peso. Todas estas die­tas tienen reducido el contenido de grasas. Sin embargo, presentan diferencias significativas en el contenido de fibra no digestible, hidratos de carbono hidrolizables y proteínas. Algunos productos sustituyen la grasa por hidratos de carbono digestibles, y otros contienen grandes cantidades de fibra no digestible.

Debéis informar bien al propietario de que al principio el perro estará más hambriento de lo normal, y que no deben doblegarse a esas “miradas” pidiendo comida a toda costa.

Existen también en el mercado unas golosinas restringidas en grasas y con alto contenido en fibra que se pueden utilizar como premios si están acostumbrados a que se les premie, pero teniendo siempre en cuenta que hay que restar­las de la dosis de pienso.

Mantener los hábitos

Una vez que se haya conseguido el peso ideal habrá que mantener los hábitos dietéticos y el ejercicio que se pautó durante el tratamiento de la obesidad. Solo sustituiremos la dieta de adelga­zamiento por una de mantenimiento equilibrada.

Depende del propietario que el perro adelgace, pero también del auxiliar que lo pese semanal­mente, y que le aconseje y enfatice lo que le ha recomendado el veterinario.

Recordemos sobre todo que de un cachorro sobrealimentado surgirá un adulto obeso.

Extraído de Lina Sáez de Antoni. La obesidad en los animales de compañía. Ateuves 75, págs. 14-17.

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Manejo nutricional de la lipidosis hepática y enfermedades del sistema biliar /lipidosis-hepatica-y-enfermedades-del-sistema-biliar/ /lipidosis-hepatica-y-enfermedades-del-sistema-biliar/#respond Tue, 17 Mar 2020 11:14:12 +0000 https://ateuves.es/?p=9919 El objetivo en el manejo nutricional de la enfermedad hepática es diseñar una dieta altamente apetecible que proporcione una energía y proteínas adecuadas y todos los nutrientes esenciales. Lipidosis hepática en gatos La lipidosis hepática (LH), frecuente en gatos anoréxicos, puede provocar insuficiencia hepática y alteración de muchas funciones metabólicas. Puede ser idiopática primaria o [...]

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El objetivo en el manejo nutricional de la enfermedad hepática es diseñar una dieta altamente apetecible que proporcione una energía y proteínas adecuadas y todos los nutrientes esenciales.

Lipidosis hepática en gatos

La lipidosis hepática (LH), frecuente en gatos anoréxicos, puede provocar insuficiencia hepática y alteración de muchas funciones metabólicas.

Puede ser idiopática primaria o secundaria (dia­betes, enfermedades gastrointestinales, pancrea­titis y neoplasias). La primaria suele ir asociada a estrés, seguida de anorexia prolongada y pér­dida de peso, depresión e ictericia. El pilar del tratamiento para ambas es el soporte nutricio­nal agresivo. La alimentación forzada o el uso de estimulantes del apetito (mirtazapina) no son adecuados, y la primera puede provocar aver­sión a los alimentos y estrés. La alimentación por sonda es la mejor manera de administrar calorías adecuadas en un entorno sin estrés.

Se debe comenzar a alimentar con un cuarto de los requisitos (RER) calculados el primer día pero dividido en 4 a 6 tomas, para ir aumen­tando gradualmente durante 5–7 días. Las grasas y proteínas, generalmente, no deben restringirse.

Se ha recomendado suplementar con arginina (1.000 mg/día), tiamina (100 mg/día) y taurina (500 mg/día) durante las semanas de recupera­ción (aunque algunos autores indican que esas sustancias ya están incluidas en la dieta de recu­peración). También se puede utilizar L-carnitina (250 a 500 mg por día) y cobalamina (125 a 250 μg por gato, subcutánea, cada 7 días, 4 tra­tamientos, y luego cada 2 a 4 semanas), aunque primero hay que saber si existen deficiencias. Otros tratamientos que se deben considerar son S-adenosilmetionina (SAMe), N-acetilcisteína o silibina (cardo mariano), que pueden mejorar el estado oxidativo del paciente.

Se debe tener en cuenta el síndrome de reali­mentación y vómitos asociado a una alteración electrolítica (deberá corregirse) y comenzar con pequeñas y frecuentes cantidades de alimento (25 % de las necesidades calóricas calculadas diarias y aumentando gradualmente durante 5 a 7 días). Para los vómitos se puede usar maropi­tant en una dosis menor que en gatos sanos (0,5 mg/kg SO q 24 h). Cuando con­suma suficientes calorías sin necesidad de tubo, este se puede extraer.

Una falta de respuesta al tratamiento hace pen­sar en una afección subyacente asociada.

Enfermedades del sistema biliar

El hígado es el órgano principal para el meta­bolismo de las vitaminas. Tanto el almacena­miento de las mismas como la conversión de provitaminas a su estado metabólicamente activo tienen lugar en los hepatocitos.

Vitaminas liposolubles

Las vitaminas liposolubles (solubles en grasa), es decir, A, D, E y K, tienden a ser deficientes porque requieren sales biliares para su absor­ción, y estas disminuyen en el intestino cuando hay colestasis, por lo que la absorción de vita­minas se reduce. La vitamina E (α-tocoferol) es un importante antioxidante intracelular que protege a los fosfolípidos de la membrana celu­lar. También ha mostrado un efecto protector en el hígado sobre el daño del cobre. En coles­tasis grave o anormalidades manifiestas de coa­gulación, se recomienda la administración de vitamina K1 (fitonadiona) de 0,5 a 2,0 mg/kg cada 12 horas por vía subcutánea, 2 o 3 dosis o hasta la normalización del tiempo de protrom­bina. También se recomienda 24 a 36 horas antes de biopsias hepáticas o antes de la coloca­ción de una sonda de alimentación.

Vitaminas hidrosolubles

Las vitaminas hidrosolubles (solubles en agua), es decir vitaminas B y C, generalmente se encuentran en altas concentraciones en el hígado, donde muchas se almacenan como coenzimas. En pacientes con enfermedad hepática puede producirse un aumento de la demanda de estas vitaminas, alteración de la conversión a la forma activa de la vitamina o disminución del almacenamiento hepático.

El ácido ascórbico (vitamina C) es un importante antioxidante intracelular soluble y es necesario para la síntesis de carnitina, de interés para el transporte de la grasa hacia las mitocondrias. Las personas con enfermedad hepática a menudo tie­nen bajas concentraciones hepáticas de vitamina C, en parte porque no pueden sintetizar la vita­mina C, pero sí los perros y los gatos 5.

Enfermedades vasculares

Es preferible dietas ligeramente reducidas en proteínas pero altamente digestibles 6,7. La restricción proteica debe ser moderada (18 %-22 % en perros, 30 %-35 % en gatos en relación con materia seca) 7. Se recomiendan proteínas de origen vegetal o lácteo 7.

Muchos veterinarios clínicos prescriben dietas bajas en proteínas desde el inicio de la enferme­dad, lo que puede empeorar el cuadro clínico, especialmente si son de baja palatabilidad y el paciente presenta náuseas, pues disminuye el consumo de calorías. En los gatos es peor aún pues necesitan 2-3 veces más proteínas que el perro, y los aminoácidos, como taurina, argi­nina, metionina y cisteína, son esenciales (la conjugación de sales biliares en gatos depende exclusivamente de la taurina 6).

Extraído de Alfredo Pérez Rivero y Alicia Kabdur Gómez de Segura. Nutrición en pacientes con enfermedad hepática. Ateuves 81, págs. 28-31.

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Riesgos y causas de la obesidad en mascotas /riesgos-y-causas-de-la-obesidad-en-mascotas/ /riesgos-y-causas-de-la-obesidad-en-mascotas/#comments Tue, 25 Feb 2020 10:46:05 +0000 https://ateuves.es/?p=9815 La obesidad es uno de los trastornos nutricionales más frecuentes que se producen en los animales de compañía; cerca del 40 % de los adultos están obesos. ¿Por qué es tan difícil de controlar? ¿Qué puede hacer el auxiliar en este tema? La obesidad es la acumulación excesiva de grasa en las zonas de depósito [...]

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La obesidad es uno de los trastornos nutricionales más frecuentes que se producen en los animales de compañía; cerca del 40 % de los adultos están obesos. ¿Por qué es tan difícil de controlar? ¿Qué puede hacer el auxiliar en este tema?

La obesidad es la acumulación excesiva de grasa en las zonas de depósito de tejido adiposo. Un exceso de peso igual o superior al 20 % indica, generalmente, obesidad. Básicamente es un aumento de la cantidad corporal de grasa originado por un incremento aislado del tamaño de las células grasas (obesidad hipertrófica) o por el aumento del número de las células grasas (obesidad hiperplásica). Los animales que desarrollan una obesidad de este último tipo son más difíciles de tratar y presentan un peor pronóstico a largo plazo.

Es muy importante lo que ocurra en la fase de crecimiento de un cachorro, ya que si criamos un “cachorro gordo” obtendremos un “adulto gordo”. La obesidad en el adulto provoca un aumento del tamaño de los adipocitos, no un aumento en su número. Lo que sí está claro es que en cachorros y perros jóvenes, un exceso de nutrición provoca un aumento en el número de células grasas y del contenido de grasa corporal durante la edad adulta. Un número aumentado de adipocitos produce, por tanto, una mayor predisposición a la obesidad en la edad adulta y, a la vez, una mayor dificultad para mantener la pérdida de peso conseguida.

Qué riesgos conlleva

  • Los animales obesos tienen un mayor riesgo de presentar trastornos crónicos de salud, como desarrollo de hiperinsulinemia, intolerancia a la glucosa y diabetes.
  • Además, también contribuye al desarrollo de enfermedades pulmonares y cardiovasculares. El corazón ha de trabajar el doble, no solo porque tiene que mantener la circulación de un cuerpo que, a veces hasta dobla su volumen, sino por el infiltrado de grasa que suele rodearlo.
  • Los efectos físicos de tener que cargar con un exceso de peso también contribuyen a la intolerancia al calor y al ejercicio, a trastornos articulares y locomotores, y al desarrollo de artritis.
  • Los perros obesos tienen un riesgo quirúrgico y anestésico aumentado, por lo que presentan una mayor morbilidad y mortalidad después de una intervención quirúrgica.

La causa subyacente

Todos los casos de obesidad son resultado de un desequilibrio entre el consumo y el gasto energético, que conduce a un exceso calórico persistente. El exceso de calorías se acumula en forma de grasa, produciendo un aumento de peso y cambios en la composición corporal. Además el exceso de peso también puede deberse a diversos factores que actúan de manera simultánea.

Muchos casos de obesidad se producen por un exceso de alimentación, ejercicio insuficiente o ambos, pero estos hechos pueden verse influidos por alteraciones externas o internas. Por ejemplo, un perro puede consumir una dieta excesiva debido a que el alimento que se le administra es muy sabroso y con una densidad calórica alta (estímulos exógenos). Por otra parte, la causa podría tener un origen endógeno si el consumo excesivo de alimentos se debe a lesiones a nivel del centro de la saciedad localizado en el hipotálamo.

Falta de ejercicio

Los animales sedentarios consumen más alimento y ganan más peso que los animales con un nivel de actividad moderado. La inactividad por debajo de un determinado nivel no puede compensarse completamente por una adecuada disminución de la cantidad de alimento ingerido. Así, los perros que mantienen una actividad igual o inferior a dicho nivel mínimo consumirán una alimentación superior a sus necesidades energéticas e, inevitablemente, ganarán peso.

Trastornos endocrinos

Hay dos importantes trastornos endocrinos que influyen en el peso corporal: el hipotiroidismo y el hiperadrenocorticismo. El primero es tan solo responsable de un pequeño porcentaje de los casos de obesidad en los animales. El síndrome de Cushing o hiperadrenocorticismo puede producir obesidad en el 50 % de los perros que lo padecen.

Esterilización

También los perros esterilizados tienen una mayor tendencia a la obesidad. Diversos estudios han demostrado que los machos y hembras castrados son más propensos a desarrollar sobrepeso.

Habitualmente los veterinarios aconsejamos esterilizar a los animales de compañía antes de que alcancen la madurez sexual, entre los seis meses y el año de vida. Hay que tener muy en cuenta que ya en este momento los animales han alcanzado su crecimiento normal, por lo que la cantidad de comida que deben tomar es bastante menor de la que tomaban cuando estaban en crecimiento. Además, debemos variar a una alimentación con mayor restricción de grasas, ya que sus requerimientos energéticos serán menores. Si no somos conscientes de estos cambios a realizar y pensamos que como son mayores necesitan comer más, entonces seguramente les conduciremos a un sobrepeso.

Por eso el auxiliar debe asegurarse de que una vez castrado, ese animal varíe la cantidad y la calidad de la comida que va a ingerir. Es lógico que si un perro disminuye de forma natural su nivel de actividad al alcanzar la madurez, pero sigue consumiendo la misma cantidad de alimento, se produzca un aumento de peso.

Requerimientos energéticos y genética

Otro dato que no debemos pasar por alto es que los requerimientos energéticos diarios para un perro de siete años de edad y tamaño medio disminuyen hasta un 20 % con respecto a cuando era un adulto joven. Si con la edad la ingestión dietética no decrece proporcionalmente a los requerimientos energéticos del animal, se producirá un aumento de peso.

Por otro lado, el hecho de que determinadas razas de perros presenten una incidencia desproporcionadamente alta de obesidad indica que los factores genéticos pueden desempeñar un papel importante.

Factores externos

Los factores externos que afectan al consumo de alimentos incluyen estímulos como el sabor del alimento, su composición y textura, y el horario y situación ambiental de la alimentación.

De estos factores el más importante es el sabor, ya que puede llevar a una ingestión excesiva. Muchas veces se selecciona la comida del perro en función de su aspecto y de la aceptación, sin plantearse si está bien o mal formulada. Por eso es muy importante que, como auxiliares, preguntéis siempre qué está comiendo y qué cantidad se le administra.

Además, debemos comentar la costumbre de añadir los sobrantes de las comidas, lo que ayuda aún más a la aparición de sobrepeso. Las comidas con un alto porcentaje de grasa son las más sabrosas, lo que hace que muchas veces los animales consuman más de lo que necesitan. Si un animal consume una dieta determinada en cantidad superior a sus requerimientos calóricos, y este exceso de calorías es en forma de grasas, ganará más peso que si el exceso de calorías consumidas proviene de hidratos de carbono o de proteínas.

Extraído de Lina Sáez de Antoni. La obesidad en los animales de compañía. Ateuves 75, págs. 14-17.

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Nutrición en pacientes con enfermedad hepática /nutricion-en-pacientes-con-enfermedad-hepatica/ /nutricion-en-pacientes-con-enfermedad-hepatica/#comments Tue, 04 Feb 2020 10:22:04 +0000 https://ateuves.es/?p=9665 El objetivo en el manejo nutricional de la enfermedad hepática es diseñar una dieta altamente apetecible que proporcione una energía y proteínas adecuadas y todos los nutrientes esenciales. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad hepática pueden ser diferentes, por lo que la dieta dependerá de la naturaleza y extensión de la lesión. Desde el punto [...]

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El objetivo en el manejo nutricional de la enfermedad hepática es diseñar una dieta altamente apetecible que proporcione una energía y proteínas adecuadas y todos los nutrientes esenciales.

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad hepática pueden ser diferentes, por lo que la dieta dependerá de la naturaleza y extensión de la lesión. Desde el punto de vista dietético, los perros se consideran omnívoros y los gatos car­nívoros estrictos u obligados.

Debemos conocer qué enfermedad padece el paciente para aportar la dieta más adecuada. A efectos didácticos, distinguiremos entre enfer­medades neoplásicas, del parénquima hepático, del sistema biliar y vasculares.

Enfermedades neoplásicas

La nutrición es importante en el tratamiento del cáncer. Si es correcta, mejora la calidad de vida y contribuye a prolongarla. Debe aportar una cantidad adecuada de energía y proteínas, limitar la producción de lactato y mejorar la función inmunitaria.

Los tumores utilizan aminoácidos como fuente de energía. Algunos, como la arginina o la glu­tamina, mejoran la calidad de vida y el tiempo de supervivencia. Los pacientes con neoplasias requieren ser ree­valuados regularmente y alimentados según sus requisitos de energía en reposo (RER) y su reque­rimiento diario de energía (DER) (ver cuadro).

Enfermedades del parénquima hepático

En este apartado destacamos las hepatitis cróni­cas caninas y las lipidosis hepáticas felinas (siguiente artículo).

Hepatitis crónicas caninas

Un animal que no come utiliza sus propias pro­teínas para obtener energía, de modo que puede aumentar el amoniaco endógeno y desarrollar una encefalopatía hepática (EH) posterior.

Inicialmente, los pacientes hospitalizados deben recibir los siguientes requerimientos de energía en reposo: RER = 70 × peso (kg) 0,75 o RER = 30 × peso (kg) + 70.

Los animales sanos tienen unos requisitos de energía de mantenimiento (MER), que se obtienen multiplicando el RER por 1,1 a 2,0 teniendo en cuenta la condición corporal, edad y actividad del animal. Se ajustará según el peso y la condición corporal.

La proteína es necesaria para la regeneración hepática y para prevenir un balance nitrogenado negativo. Solo deben restringirse las proteínas si existen signos de EH, y no en todos los enfer­mos hepáticos pues puede conducir a una des­nutrición proteica. En cachorros se recomienda agregar 100 g de requesón por cada 420 g de dieta hepática y revaluar a las 2-4 semanas; se irán incrementando las proteínas hasta el nivel más alto posible en que no se produzcan signos de EH o hasta niveles de mantenimiento. Es mejor proporcionar proteínas de origen lácteo o vegetal, que las de carne, que empeoran los signos de EH.

En enfermedades hepáticas puede disminuir el almacenamiento de glucógeno hepático, por lo que es posible que exista riesgo de hipogluce­mia y que aumente el catabolismo proteico para obtener energía. Ofrecer pequeñas cantidades de alimento de forma frecuente puede ayudar a prevenir esta reacción metabólica.

Una dieta rica en fibra acelera el tránsito en el colon y ayuda a prevenir el estreñimiento, por lo que las toxinas pasarán menos tiempo en el colon.

Una dieta grasa aumenta la densidad calórica y la palatabilidad. Normalmente, los pacientes la toleran bien salvo si hay una colestasis grave (en este caso resulta más difícil la digestión de grasa).

La anorexia, poliuria y menor almacenamiento hepático contribuyen a las deficiencias de vita­mina B. Se recomienda un suplemento de vita­mina B1 (tiamina).

La absorción intestinal de las vitaminas A, D, E y K se puede reducir si hay cualquier trastorno que haga disminuir la entrada de ácidos biliares en el intestino, o afecte al ciclo enterohepático. Las dos últimas son las que, en ese caso, se ven afectadas con más frecuencia, por lo que se ten­drán que suministrar.

La hepatitis crónica asociada a una acumula­ción anormal del cobre requiere tratamiento para reducirlo. Se utiliza penicilamina y dieta baja en cobre. Las dietas hepáticas son las que tienen concentraciones más bajas. El cinc en la dieta puede ser beneficioso al bloquear la absor­ción intestinal del cobre.

Los suplementos nutricionales, como S-adeno­silmetionina (SAMe), N-acetilcisteína (NAC) y cardo mariano (silimarina), son útiles por sus propiedades antioxidantes.

Extraído de Alfredo Pérez Rivero y Alicia Kabdur Gómez de Segura. Nutrición en pacientes con enfermedad hepática. Ateuves 81, págs. 28-31.

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