La dermatofitosis es una enfermedad infecciosa causada por agentes fúngicos que afectan
a las estructuras queratinizadas de la piel. Es importante conocer qué especies la producen
y qué signos clínicos causa para diagnosticarla y tratarla adecuadamente.
El Dermatophyte consensus group, que pertenece a la World Association Veterinary Dermatology (WAVD), elaboró en 2017 una revisión actualizada de esta enfermedad, que afecta a perros y gatos. La dermatofitosis, coloquialmente llamada “tiña”, es una enfermedad dermatológica infecciosa causada por organismos fúngicos bien adaptados, que infectan estructuras queratinizadas de la piel y sus anejos.
Se considera una enfermedad común y su importancia clínica se debe, principalmente, a su pleomorfismo clínico, que dificulta el diagnóstico, y a su naturaleza infectocontagiosa, directamente relacionada con su potencial zoonótico.
Los objetivos clínicos ante la sospecha de esta enfermedad son:
- Realizar un diagnóstico correcto ya que en muchas ocasiones se sobrediagnostica en consulta y, a su vez, debido a la gran variabilidad de signos clínicos, puede pasar desapercibida. Por este motivo, plantear un buen protocolo diagnóstico es fundamental.
El segundo objetivo clínico es prevenir el contagio, ya que se considera una enfermedad infectocontagiosa y zoonótica. En animales y personas inmunocompetentes (con un sistema inmunitario eficiente), es autolimitante y en semanas o meses desaparece sin tratamiento. A pesar de ello, sí es recomendable el tratamiento para acortar el curso de la enfermedad y prevenir el posible contagio de otros animales y personas.
La dermatofitosis es más frecuente en gatos que en perros y, concretamente, en animales que viven en el exterior o con acceso a este, como perros de caza y animales que viven en colectividades (como centros de acogida y criaderos). Hoy en día, se piensa que la prevalencia es menor de lo que se creía con anterioridad, pero cuantificarla es realmente complicado debido a que, como se ha mencionado, es autolimitante (puede curarse de forma espontánea) y afecta sobre todo a animales de exterior, a los que se controla con más dificultad.
Etiopatogenia
Existen unas 30 especies de dermatofitos pero, típicamente, las micosis dermatofíticas están causadas por Microsporum spp. y Trichophyton spp. En la clínica de pequeños animales, las más frecuentes son: M. canis, M. gypseum y T. mentagrophytes.
La identificación del dermatofito causante de la enfermedad nos ayudará a conocer el origen de la infección, y así tratarla y prevenirla convenientemente. Se conocen tres tipos de dermatofitos según la fuente de contagio: geofílicos (suelo), zoofílicos (animales) o antropofílicos (personas); los dos primeros son los que normalmente afectan a los animales de compañía:
- Las especies geofílicas están adaptadas a vivir en el suelo y descomponen la queratina del pelo, las plumas y otras estructuras córneas. La mayoría de los hongos geofílicos no son patógenos pero algunas especies, concretamente las del complejo M gypseum, sí que lo son.
Las especies zoofílicas están adaptadas a vivir en hospedadores animales. En este grupo se encuentran, por ejemplo: M. canis, M. persicolor, T. mentagrophytes, T. erinacei, T. verrucosum y T. equinum, que afectan a diferentes hospedadores y la mayoría son zoonóticas. De todas ellas, M. canis, que no forma parte de la microbiota cutánea normal de perros y gatos, es la causa más común de dermatofitosis zoofílicas en pequeños animales, sobre todo en la especie felina.
- Los dermatofitos antropofílicos están muy bien adaptados a la especie humana y los más frecuentes son: T. mentagrophytes, T. rubrum y T. tonsurans.
Se podría decir que el desarrollo de la infección y su potencial zoonótico dependen, principalmente, del agente infeccioso causante y del estado inmunitario del huésped.
Signos clínicos
Como se ha mencionado, una de las particularidades de esta enfermedad es que puede presentar una clínica muy diversa. Quizá, la lesión que más se asocia a esta enfermedad es la alopecia descamativa, pero existen muchas otras como: lesiones alopécicas multifocales, papulopústulas, descamación generalizada, costras, eritema, cilindros foliculares, hiper e hipopigmentación, lesiones nodulares tipo querion, otitis ceruminosas y alteraciones del crecimiento ungueal (paroniquia y onicodistrofia). Estas lesiones son normalmente asimétricas y la presencia de prurito es variable, aunque generalmente está ausente. En la especie felina, la clínica de la dermatofitosis puede asemejarse a cualquier dermatosis aunque, en general, las lesiones empiezan en el área facial, orejas y hocico, y progresan posteriormente a las patas y otras zonas corporales.
Las infecciones dermatofíticas subcutáneas (micetomas o pseudomicetomas) aparecen como nódulos subcutáneos supurativos, y son más comunes en gatos Persas y en el Yorkshire Terrier.
- Asimismo, también pueden darse casos de portadores asintomáticos, principalmente descritos en gatos de pelo largo, como los Persas.
El diagnóstico diferencial dependerá de la presentación clínica que se observe. En perros, por ejemplo, si se detectan alopecias descamativas y lesiones pustulocostrosas, en el diagnóstico diferencial se incluirá en primer lugar la foliculitis estafilocócica (mucho más frecuente que la dermatofitosis), seguida de demodicosis y pénfigo foliáceo.
- En gatos, la dermatofitosis se debe incluir prácticamente siempre en el diagnóstico diferencial de cualquier proceso dermatológico.
Extraído de Annabel Dalmau. Dermatofitosis: una visión práctica. Ateuves 79, págs. 18-24.