¿Cómo adaptar los requerimientos energéticos a cada perro?

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En la primera parte de este artículo veíamos cómo calcular los requerimientos energéticos de los perros en mantenimiento. Ahora concretaremos cómo adaptar estos requerimientos a las diferentes características de cada individuo.

Nivel de actividad

El ejercicio prolongado eleva los requerimientos energéticos. Una dificultad con la que nos vamos a encontrar, es la imposibilidad en la práctica de calcular con precisión cuánto aumentan en cada caso concreto. Sin embargo, nos podemos orientar con las siguientes indicaciones:

  • Para un perro sedentario, RED (kcal/día) = RER × 1,8.
  • Para una actividad leve, RED (kcal/día) = RER × 2.
  • Para una actividad moderada, RED (kcal/ día) = RER × 3.
  • Para una actividad intensa, RED (kcal/día) = RER × 4-8.

Partiendo del gasto energético calculado para un perro sedentario, estas fórmulas equivalen a un aumento del 10 % en perros con actividad leve, del 67 % en perros con actividad moderada, y del 220 al 440 % en perros con actividad intensa.

Temperatura

Los perros tienen un rango de temperaturas óptimo, llamado zona termoneutral, en el que su gasto energético es mínimo. Por encima de ese rango, el perro gasta más energía en forma de jadeo para refrigerarse. Por debajo, el gasto energético aumenta para calentar el organismo y mantener su temperatura corporal constante. Cuanto mejor es el aislamiento térmico del ani­mal (gracias al pelo y a la capa de grasa subcutá­nea), más baja es la temperatura termoneutral.

Se ha estimado que la zona termoneutral está entre 20 y 25 °C para perros de pelo corto, entre 15-20 °C para perros de pelo largo, y entre 10 y 15 °C para perros de trineo de Alaska.

Es difícil calcular cuánto se modifica el RED de cada perro en función de las condiciones climá­ticas del momento (temperatura, pero también grado de humedad, viento, sensación térmica, etc.). A título orientativo, un estudio estable­ció que una bajada de temperatura de 25 °C a 7,6 °C suponía un aumento del RED del 95 % en perros de pelo corto y del 59,5 % en perros de pelo largo.

Raza

Los perros esquimales tienen requerimientos energéticos comparativamente menores, y tam­bién se han puesto en evidencia diferencias en la necesidad energética entre algunas razas. Esta diversidad se debe en parte a las diferen­cias en su aislamiento térmico, como se expli­caba anteriormente. Pero además, diferencias en su temperamento y grado de actividad, en su superficie corporal y su masa magra pueden contribuir a explicar este fenómeno.

Crecimiento

La síntesis proteica, que permite crear nuevas células, es un proceso que consume energía. Es por ello que las necesidades energéticas del cachorro son comparativamente más altas que en adulto.

Existen tablas detalladas que expresan el RED del cachorro en función de su peso y de su edad. De forma simplificada, se estima que entre el destete y los 4 meses de edad, RED = 3 × RER (un 67 % más que los requerimientos de un perro adulto). Entre los 5 meses de edad y el final del crecimiento, RED = 2 × RER (un 10 % más que los requerimientos de un perro adulto).

Cabe añadir que, a pesar de que las etiquetas de algunas marcas de comida industrial estiman que el perro es cachorro (y crece) hasta el año de edad, esa afirmación no se puede generalizar. Cuanto más grande es el tamaño (adulto) del perro, más largo es su periodo de crecimiento. Cachorros de pequeño tamaño, que alcanzarán un peso adulto inferior a 5 kg, crecen hasta los 8-10 meses de edad. El crecimiento durante un periodo de un año, corresponde a perros de 6-8 kg peso adulto. En el otro extremo, los cachorros de tamaño gigante prolongarán su crecimiento hasta los 20-22 meses de edad.

Reproducción

La gestación de la perra dura un promedio de 9 semanas. Las necesidades energéticas de la perra gestante no se modifican durante las primeras 5 semanas. A partir de la 6.ª semana, se estima que aumentan un 10-15 % cada semana, hasta llegar a aproximadamente a un aumento del 40-70 % al final de la 8.ª semana de gestación. Durante la 9.ª semana, la cantidad de comida ingerida suele estancarse, o incluso disminuir, por la dificultad para la perra de lle­nar su estómago (debido a la presión del útero grávido). Cuanto mayor sea el tamaño de la camada, mayor será el aumento del RED.

De manera ideal, la lactación del cachorro debe­ría durar al menos 6 semanas, para incluir un periodo prudencial que coincida con su periodo de sociabilización. Esto no siempre se satisface, por distintos motivos. En cualquier caso, la erupción de los dientes de leche se produce alre­dedor de las 3 semanas de edad, que es cuando pueden empezar a ingerir comida semisólida, además de la leche materna. Durante esas 3 primeras semanas posparto, por lo tanto, los cachorros solo toman leche, y el gasto energé­tico de la madre aumenta a medida que aumenta el tamaño y la cantidad de leche ingerida por cada cachorro. El pico de lactación (el periodo de mayor producción de leche) se alcanzará por lo tanto alrededor de la 3.ª-4.ª semana, y se estima que para entonces el RED de la madre habrá aumentado entre 2 y 4 veces con respecto a sus necesidades previas a la gestación.

Estado reproductivo

Se considera que la castración y la ovariohiste­rectomía predisponen a la obesidad, al disminuir el RED de machos y hembras. Esta reducción se explica por los cambios hormonales y metabó­licos provocados, y probablemente también en muchos casos por una reducción de la actividad del animal castrado u ovariohisterectomizado. La literatura científica habla de una reducción de aproximadamente un 10-15 % del RED en animales castrados.

Edad

Anteriormente se han comentado las modifi­caciones relacionadas con el periodo de creci­miento del perro, pero el RED no se mantendrá constante durante todo el desarrollo de la vida del perro adulto. Cuanto más mayor sea, ten­derá a disminuir. En particular, se estima que hay una disminución del RED de alrededor del 10-15 %, a partir de la edad geriátrica.

Esto plantea la pregunta, ¿a partir de qué edad es geriátrico mi perro? Admitiendo la existencia de variabilidad individual, hay cierto consenso en considerar geriátrico al perro cuya edad supera el 50 % de su esperanza de vida. Y de nuevo, el tamaño del perro va a influir: la longevidad media es mayor en perros pequeños que en perros gran­des y gigantes. Por ello, perros de tamaño gigante se suelen considerar geriátricos a partir de los 6 años de edad, mientras que para perros de menos de 10 kg, probablemente sea más exacto considerarlos mayores a partir de los 7 años.

Enfermedad

Está fuera del objetivo de este artículo profun­dizar en los cambios nutricionales recomenda­dos en las distintas enfermedades. Sin embargo, como norma general, suele ocurrir que los ani­males enfermos (de cierta gravedad) son menos activos. Por ese motivo, en la mayoría de casos se reducirá su RED a valores intermedios entre el RER y el RED que tenían cuando estaban sanos. Obviamente, en estas situaciones convendrá obtener asesoramiento veterinario nutricional.

Extraído de Franco Antonio Ricart López, Cantidad y frecuencia de alimentación en el perro. Ateuves 85, págs.. 16-20.

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