Alimentación – Ateuves, para el auxiliar veterinario https://ateuves.es Si eres auxiliar veterinario, Ateuves es la web donde encontrarás toda la información técnica y de actualidad que necesitas Fri, 02 Oct 2020 07:18:39 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.4 ¿Cómo calcular la ración diaria de alimento? /como-calcular-la-racion-diaria-de-alimento/ /como-calcular-la-racion-diaria-de-alimento/#respond Fri, 02 Oct 2020 09:18:39 +0000 https://ateuves.es/?p=10586 Esta es, sin duda, una de las preguntas más frecuentes que realizan los propietarios en la clínica veterinaria. A continuación te explicaremos cómo puedes hacer este cálculo adecuadamente. Densidad energética del alimento El etiquetado de algunas dietas industriales informa sobre el contenido energético del ali­mento, pero no siempre dispondremos de ese dato. Para calcularlo, necesitaremos [...]

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Esta es, sin duda, una de las preguntas más frecuentes que realizan los propietarios en la clínica veterinaria. A continuación te explicaremos cómo puedes hacer este cálculo adecuadamente.

Densidad energética del alimento

El etiquetado de algunas dietas industriales informa sobre el contenido energético del ali­mento, pero no siempre dispondremos de ese dato. Para calcularlo, necesitaremos conocer el porcentaje de proteínas, grasas e hidratos de carbono del alimento, porcentajes que sí suelen venir indicados en el envase (en oca­siones, el porcentaje de hidratos de carbono no viene indicado, pero se obtiene restando del 100 % la suma del resto de porcentajes). Son esos tres nutrientes los que pueden ser utilizados por el organismo para obtener ener­gía, mientras que el contenido en agua, ceni­zas (minerales), vitaminas y fibra no aporta kilocalorías.

La medición exacta de la energía aportada por el alimento requiere tiempo y puede ser costosa. Por eso, la Asociación Americana de Oficiales de Control de Alimentos (AAFCO, por sus siglas en inglés) publicó protocolos para determinar la energía metabolizable aportada por los alimentos de perros y gatos. Esos protocolos estiman que un gramo de proteína o de hidratos de carbono en la dieta aportan 3,5 kcal, mientras que un gramo de grasa aporta aproximadamente 8,5 kcal.

Esos protocolos asumen una digestibilidad (porcentaje del alimento que realmente es absorbido a nivel intestinal) media del 80 % para proteínas, del 90 % para grasas, y del 84 % para hidratos de carbono. Por ello, pue­den subestimar ligeramente el aporte energé­tico de piensos de muy alta digestibilidad. Por el mismo motivo, pueden sobrestimar el aporte energético de piensos poco digestibles, y/o con alto contenido en fibra (dado que la fibra no es absorbida, y se elimina con las heces).

Por ejemplo, una lata contiene un 4,6 % de proteína, un 4,0 % de grasa, y un 14,0 % de hidratos de carbono (sin incluir la fibra):

  • 100 gramos de ese alimento contienen 4,6 g de proteína, que aportan 3,5 × 4,6 = 16,1 kcal.
  • 100 gramos de ese alimento contienen 4 g de grasa, que aportan 8,5 × 4 = 34 kcal.
  • 100 gramos de ese alimento contienen 14 g de hidratos de carbono, que aportan 3,5 × 14 = 49 kcal.

Por lo tanto, esos 100 gramos aportan 16,1 + 34 + 49 kcal = 99,1 kcal.

Discusión

Un reproche frecuente de nuestros clientes en la consulta es “mi perro come la cantidad que me recomendó el veterinario, pero a pesar de eso su peso no evoluciona como esperábamos”. A menudo, un interrogatorio minucioso revela que en realidad el animal no está siguiendo al pie de la letra las recomendaciones: en particular, muchos perros reciben de sus dueños “extras” que no estaban previstos al hacer el cálculo de su ración.

Pero incluso con clientes que siguen de forma estricta las recomendaciones, hemos visto que existen varios factores que modifican los requerimientos energéticos, y que son difíciles/ imposibles de cuantificar con precisión: nivel de actividad, influencia de la temperatura, del aislamiento térmico del propio animal, o de la edad. El aporte energético del alimento tam­bién es estimado a partir de una estimación de la digestibilidad de los nutrientes, que es solo aproximada. Además, partimos de una estima­ción inicial del RER en la que intervienen unas fórmulas matemáticas que son útiles, pero para las que existe cierto grado de variabilidad indi­vidual. A esa variabilidad se añaden las peque­ñas diferencias entre los resultados obtenidos mediante fórmulas lineales y exponenciales.

En este sentido, un estudio comparó el aporte energético que realmente necesitaron 120 perros (mantenidos en jaulas y en condiciones ambientales similares), para mantener su peso. Con respecto al valor promedio obtenido, las necesidades individuales variaron entre el 43 y el 152 %. Incluso excluyendo los valores extremos (el 2,5 % superior e inferior), la can­tidad de energía necesaria osciló entre el 65 y el 135 % del valor promedio, reflejando una gran variabilidad individual.

La conclusión es obvia: los valores que somos capaces de calcular son solo aproximaciones. En condiciones reales, no experimentales, no es posible estimar con precisión absoluta el reque­rimiento energético (ni, por lo tanto, la cantidad necesaria de comida) de un perro. La metodo­logía que hemos mostrado nos va a permitir, eso sí, tener un valor aproximado de sus nece­sidades. Desde ese punto de partida, deberemos pesar regularmente al animal y realizar los ajus­tes dietéticos necesarios. Si, por ejemplo, obser­vamos que el perro tiende a engordar un mes después de haber empezado a alimentarlo con la cantidad calculada, se impondrá reducir esa cantidad (entre un 5 y un 10 % es lo habitual), y volver a pesar al animal unas semanas después, para comprobar si el reajuste ha sido eficaz.

Frecuencia de administración

La frecuencia con que se ofrece el alimento depende del estado del animal y, en algunos casos, de la disponibilidad del propietario. Optar entre el libre acceso al alimento, las raciones restringidas, o el tiempo de acceso res­tringido, va a depender en gran medida de las circunstancias de cada perro. En muchos casos, esta elección no tendrá grandes repercusiones, mientras que en otros puede ser muy impor­tante.

La alimentación de libre acceso se utiliza fre­cuentemente y es adecuada para perros sanos, salvo en casos de tendencia a la obesidad, y en algunas situaciones y enfermedades con reco­mendaciones nutricionales específicas (cacho­rros de razas grandes o diabetes mellitus, por ejemplo).

Restringir las raciones es interesante cuando queremos limitar la ingestión calórica del ani­mal (obesidad, diabetes.), o cuando queremos evitar los “grandes atracones”. Conviene cono­cer las necesidades energéticas para calcular la cantidad de comida que se debe administrar. En un perro adulto, dos-tres administraciones coti­dianas pueden resultar suficientes.

Conviene recordar que, si se trata de cachorros de menos de 4-6 semanas de edad, su capaci­dad digestiva es limitada, y durante las primeras semanas de vida necesitarán raciones pequeñas, administradas más frecuentemente. Del mismo modo, en perros de tamaño grande o gigante, el interés por prevenir la torsión de estómago lleva a recomendar fraccionar la ración diaria en varias tomas, para evitar ingestiones copiosas. Por último, en perros jóvenes de razas grandes se ha establecido una relación entre la alimenta­ción de libre acceso, un crecimiento acelerado y una mayor probabilidad de aparición de proble­mas articulares (displasia de codo y de cadera, osteocondritis del hombro, etc). Por lo tanto, en estos animales se recomienda racionar el ali­mento, y administrarlo en, como mínimo, 2-3 tomas diarias.

Mención aparte merecen ciertas enfermedades en las que la alimentación específica forma parte del tratamiento, y que requerirán ritmos de racionamiento adaptados. Sin ánimo de hacer un repaso exhaustivo de enfermedades, en este capítulo entrarían por ejemplo la dia­betes mellitus, en la que se suele recomendar coordinar las ingestiones con las inyecciones de insulina, o algunas enfermedades gastroin­testinales, en las que en fases agudas se suele recomendar ayuno de unas horas, seguido de administración de raciones pequeñas de ali­mento (para facilitar su digestión).

Extraído de Franco Antonio Ricart López, Cantidad y frecuencia de alimentación en el perro. Ateuves 85, págs.. 16-20.

 

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¿Cómo adaptar los requerimientos energéticos a cada perro? /como-adaptar-los-requerimientos-energeticos-a-cada-perro/ /como-adaptar-los-requerimientos-energeticos-a-cada-perro/#comments Tue, 22 Sep 2020 08:54:26 +0000 https://ateuves.es/?p=10570 En la primera parte de este artículo veíamos cómo calcular los requerimientos energéticos de los perros en mantenimiento. Ahora concretaremos cómo adaptar estos requerimientos a las diferentes características de cada individuo. Nivel de actividad El ejercicio prolongado eleva los requerimientos energéticos. Una dificultad con la que nos vamos a encontrar, es la imposibilidad en la [...]

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En la primera parte de este artículo veíamos cómo calcular los requerimientos energéticos de los perros en mantenimiento. Ahora concretaremos cómo adaptar estos requerimientos a las diferentes características de cada individuo.

Nivel de actividad

El ejercicio prolongado eleva los requerimientos energéticos. Una dificultad con la que nos vamos a encontrar, es la imposibilidad en la práctica de calcular con precisión cuánto aumentan en cada caso concreto. Sin embargo, nos podemos orientar con las siguientes indicaciones:

  • Para un perro sedentario, RED (kcal/día) = RER × 1,8.
  • Para una actividad leve, RED (kcal/día) = RER × 2.
  • Para una actividad moderada, RED (kcal/ día) = RER × 3.
  • Para una actividad intensa, RED (kcal/día) = RER × 4-8.

Partiendo del gasto energético calculado para un perro sedentario, estas fórmulas equivalen a un aumento del 10 % en perros con actividad leve, del 67 % en perros con actividad moderada, y del 220 al 440 % en perros con actividad intensa.

Temperatura

Los perros tienen un rango de temperaturas óptimo, llamado zona termoneutral, en el que su gasto energético es mínimo. Por encima de ese rango, el perro gasta más energía en forma de jadeo para refrigerarse. Por debajo, el gasto energético aumenta para calentar el organismo y mantener su temperatura corporal constante. Cuanto mejor es el aislamiento térmico del ani­mal (gracias al pelo y a la capa de grasa subcutá­nea), más baja es la temperatura termoneutral.

Se ha estimado que la zona termoneutral está entre 20 y 25 °C para perros de pelo corto, entre 15-20 °C para perros de pelo largo, y entre 10 y 15 °C para perros de trineo de Alaska.

Es difícil calcular cuánto se modifica el RED de cada perro en función de las condiciones climá­ticas del momento (temperatura, pero también grado de humedad, viento, sensación térmica, etc.). A título orientativo, un estudio estable­ció que una bajada de temperatura de 25 °C a 7,6 °C suponía un aumento del RED del 95 % en perros de pelo corto y del 59,5 % en perros de pelo largo.

Raza

Los perros esquimales tienen requerimientos energéticos comparativamente menores, y tam­bién se han puesto en evidencia diferencias en la necesidad energética entre algunas razas. Esta diversidad se debe en parte a las diferen­cias en su aislamiento térmico, como se expli­caba anteriormente. Pero además, diferencias en su temperamento y grado de actividad, en su superficie corporal y su masa magra pueden contribuir a explicar este fenómeno.

Crecimiento

La síntesis proteica, que permite crear nuevas células, es un proceso que consume energía. Es por ello que las necesidades energéticas del cachorro son comparativamente más altas que en adulto.

Existen tablas detalladas que expresan el RED del cachorro en función de su peso y de su edad. De forma simplificada, se estima que entre el destete y los 4 meses de edad, RED = 3 × RER (un 67 % más que los requerimientos de un perro adulto). Entre los 5 meses de edad y el final del crecimiento, RED = 2 × RER (un 10 % más que los requerimientos de un perro adulto).

Cabe añadir que, a pesar de que las etiquetas de algunas marcas de comida industrial estiman que el perro es cachorro (y crece) hasta el año de edad, esa afirmación no se puede generalizar. Cuanto más grande es el tamaño (adulto) del perro, más largo es su periodo de crecimiento. Cachorros de pequeño tamaño, que alcanzarán un peso adulto inferior a 5 kg, crecen hasta los 8-10 meses de edad. El crecimiento durante un periodo de un año, corresponde a perros de 6-8 kg peso adulto. En el otro extremo, los cachorros de tamaño gigante prolongarán su crecimiento hasta los 20-22 meses de edad.

Reproducción

La gestación de la perra dura un promedio de 9 semanas. Las necesidades energéticas de la perra gestante no se modifican durante las primeras 5 semanas. A partir de la 6.ª semana, se estima que aumentan un 10-15 % cada semana, hasta llegar a aproximadamente a un aumento del 40-70 % al final de la 8.ª semana de gestación. Durante la 9.ª semana, la cantidad de comida ingerida suele estancarse, o incluso disminuir, por la dificultad para la perra de lle­nar su estómago (debido a la presión del útero grávido). Cuanto mayor sea el tamaño de la camada, mayor será el aumento del RED.

De manera ideal, la lactación del cachorro debe­ría durar al menos 6 semanas, para incluir un periodo prudencial que coincida con su periodo de sociabilización. Esto no siempre se satisface, por distintos motivos. En cualquier caso, la erupción de los dientes de leche se produce alre­dedor de las 3 semanas de edad, que es cuando pueden empezar a ingerir comida semisólida, además de la leche materna. Durante esas 3 primeras semanas posparto, por lo tanto, los cachorros solo toman leche, y el gasto energé­tico de la madre aumenta a medida que aumenta el tamaño y la cantidad de leche ingerida por cada cachorro. El pico de lactación (el periodo de mayor producción de leche) se alcanzará por lo tanto alrededor de la 3.ª-4.ª semana, y se estima que para entonces el RED de la madre habrá aumentado entre 2 y 4 veces con respecto a sus necesidades previas a la gestación.

Estado reproductivo

Se considera que la castración y la ovariohiste­rectomía predisponen a la obesidad, al disminuir el RED de machos y hembras. Esta reducción se explica por los cambios hormonales y metabó­licos provocados, y probablemente también en muchos casos por una reducción de la actividad del animal castrado u ovariohisterectomizado. La literatura científica habla de una reducción de aproximadamente un 10-15 % del RED en animales castrados.

Edad

Anteriormente se han comentado las modifi­caciones relacionadas con el periodo de creci­miento del perro, pero el RED no se mantendrá constante durante todo el desarrollo de la vida del perro adulto. Cuanto más mayor sea, ten­derá a disminuir. En particular, se estima que hay una disminución del RED de alrededor del 10-15 %, a partir de la edad geriátrica.

Esto plantea la pregunta, ¿a partir de qué edad es geriátrico mi perro? Admitiendo la existencia de variabilidad individual, hay cierto consenso en considerar geriátrico al perro cuya edad supera el 50 % de su esperanza de vida. Y de nuevo, el tamaño del perro va a influir: la longevidad media es mayor en perros pequeños que en perros gran­des y gigantes. Por ello, perros de tamaño gigante se suelen considerar geriátricos a partir de los 6 años de edad, mientras que para perros de menos de 10 kg, probablemente sea más exacto considerarlos mayores a partir de los 7 años.

Enfermedad

Está fuera del objetivo de este artículo profun­dizar en los cambios nutricionales recomenda­dos en las distintas enfermedades. Sin embargo, como norma general, suele ocurrir que los ani­males enfermos (de cierta gravedad) son menos activos. Por ese motivo, en la mayoría de casos se reducirá su RED a valores intermedios entre el RER y el RED que tenían cuando estaban sanos. Obviamente, en estas situaciones convendrá obtener asesoramiento veterinario nutricional.

Extraído de Franco Antonio Ricart López, Cantidad y frecuencia de alimentación en el perro. Ateuves 85, págs.. 16-20.

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Requerimientos energéticos de perros en mantenimiento /requerimientos-energeticos-de-perros-en-mantenimiento/ /requerimientos-energeticos-de-perros-en-mantenimiento/#comments Tue, 15 Sep 2020 10:35:25 +0000 https://ateuves.es/?p=10546 Para poder estimar lo que debe comer un perro a lo largo del día se deben tener en cuenta una gran cantidad de factores que muchas veces son imposibles de cuantificar. Por ello, siempre se recomienda pesar regularmente a los animales y hacer los ajustes dietéticos necesarios en cada momento. Una pregunta habitual en la [...]

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Para poder estimar lo que debe comer un perro a lo largo del día se deben tener en cuenta una gran cantidad de factores que muchas veces son imposibles de cuantificar. Por ello, siempre se recomienda pesar regularmente a los animales y hacer los ajustes dietéticos necesarios en cada momento.

Una pregunta habitual en la consulta vete­rinaria es, ¿qué cantidad diaria de comida debo darle a mi perro? Existen en el mercado algunos programas informáticos que permiten contestar a esta pregunta, si el animal come alimento industrial de una marca determi­nada.

Además, muchos piensos incorporan en su embalaje una guía que indica, en función del peso del animal, qué cantidad aproximada de comida es recomendable. Pero no siempre dispondremos de esos programas, no siem­pre la dieta que le demos a nuestra mascota figurará en la base de datos del programa, las recomendaciones que figuran en el embalaje pueden ser muy poco precisas (“entre 300 y 500 gramos”, por ejemplo) y, por otra parte, veremos que algunos de los factores que modifican las necesidades del animal no se suelen tener en cuenta, ni por los programas informáticos, ni por las etiquetas.

Por ello, resulta muy útil ser capaz de calcular la can­tidad diaria recomendable de comida, a partir de la información sobre el tipo de alimento y sobre las características individuales de cada perro.

Para ello es necesario realizar algunos cálculos, que detallaremos a continuación:

  • En primer lugar, necesitaremos conocer el requerimiento energético del animal.
  • En segundo lugar, determinaremos la densi­dad energética del alimento (esto es, cuántas kilocalorías aporta una cantidad concreta de alimento).
  • Por último, dividiremos el requerimiento energético del animal entre la densidad ener­gética del alimento y obtendremos la canti­dad recomendable de comida que se debe aportar diariamente.

Requerimiento energético del animal en mantenimiento

El cálculo del requerimiento energético dia­rio (RED) parte de una estimación del reque­rimiento energético en reposo (RER). Este último representa el gasto energético de un ani­mal alimentado, en reposo, a una temperatura termoneutral (aquella a la que su gasto energé­tico es menor).

Los perros pequeños tienen una superficie cor­poral mayor, en proporción a su peso, que los perros grandes. Por ese motivo, sus pérdidas de calor son también proporcionalmente mayores. Y también por ello, sus necesidades energéti­cas son proporcionalmente mayores. Dicho de forma coloquial, “un kg de Chihuahua come más que un kg de Gran Danés”. La forma mate­mática que permite representar esta diferencia consiste en expresar la energía requerida no en función del peso, sino en función del llamado “peso metabólico”, que es el resultado de elevar el peso (en kg) a la potencia 0,75.

RER (kcal/día)= P (kg)0,75 x 70

Partiendo de ese valor, se estima que un perro adulto (sedentario) en mantenimiento tiene un RED que oscila entre 1 y 1,8 × RER:

  • Para un adulto entero, RED (kcal/día) = 1,8 × RER = P (kg)0,75 x 126.
  • Para un adulto castrado, RED (kcal/día) = 1,6 × RER = P (kg) 0,75 x 112.
  • Para un adulto propenso a la obesidad, RED (kcal/kg) = 1,4 × RER = P (kg) 0,75 x 98.
  • Para un adulto en cuidado crítico, RED = 1 × RER.

Estas fórmulas tienen el inconveniente evidente de que son difíciles de calcular. Elevar el peso del perro a la potencia 0,75 equivale a elevarlo al cubo, y luego calcular sucesivamente dos veces la raíz cuadrada del resultado. Para simpli­ficar estos cálculos, esta fórmula exponencial se puede sustituir por fórmulas lineales, más sen­cillas, aplicables a distintos rangos de peso. Así, si nos referimos a perros adultos no castrados:

  • Para perros menores de 15 kg, RED (kcal/ día) = P (kg) × 60 + 80. Por ejemplo, para un perro de 10 kg, RED = 10 × 60 + 80 = 680 kcal.
  • Para perros entre 15 y 40 kg, RED (kcal/ día) = P (kg) × 40 + 380. Por ejemplo, para un perro de 20 kg de peso, RED = 20 × 40 + 380 = 1.180 kcal.
  • Para perros de más de 40 kg, RED (kcal/ día) = P(kg) × 35 + 580. Por ejemplo, para un perro de 50 kg, RED = 50 × 35 + 580 = 2.330 kcal.

Estas fórmulas son mucho más sencillas de cal­cular que las exponenciales. Y si comparamos los resultados obtenidos, la diferencia entre los requerimientos obtenidos mediante los dos métodos es menor del 10 %.

Extraído de Franco Antonio Ricart López, Cantidad y frecuencia de alimentación en el perro. Ateuves 85, págs. 16-20.

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Cómo alimentar a un gato geriátrico /como-alimentar-a-un-gato-geriatrico/ /como-alimentar-a-un-gato-geriatrico/#respond Fri, 04 Sep 2020 12:04:30 +0000 https://ateuves.es/?p=10508 En la vejez las necesidades nutricionales cambian y se han de adaptar a la situación clínica de cada paciente para asegurar una condición corporal óptima que favorezca su calidad y esperanza de vida. Evaluación de la condición corporal La American Animal Hospital Association (AAHA) ha desarrollado unas guías que nos sirven como herramienta para ayudarnos [...]

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En la vejez las necesidades nutricionales cambian y se han de adaptar a la situación clínica de cada paciente para asegurar una condición corporal óptima que favorezca su calidad y esperanza de vida.

Evaluación de la condición corporal

La American Animal Hospital Association (AAHA) ha desarrollado unas guías que nos sirven como herramienta para ayudarnos a determinar la condición corporal de nuestros pacientes asignándoles una puntuación (PCC). Esta valoración deberá formar parte siempre del protocolo de exploración en consulta, ya que una PCC anormal es un factor de riesgo en todos los pacientes. Estas tablas se pueden encontrar en la web de la WSAVA (The World Small Animal Veterinary Association) y nos ayudan, durante el examen físico de nuestro paciente, a calcular la puntuación de la condi­ción corporal (PCC o CC) mediante una escala de 9 puntos, donde 5 corresponde a una con­dición corporal óptima, por debajo de 5 indica peso insuficiente o delgadez y una puntuación superior a 5 sobrepeso u obesidad. Existen otras tablas, más sencillas de utilizar, en las que se puntúa sobre 5. En ellas CC3 equivale a peso óptimo y CC5 a sobrepeso.

A través de este sistema interpretamos los datos obtenidos de la palpación y la exploración visual del paciente, asignándole una puntuación como se explica en la tabla.

Cuantificar las kilocalorías que consume

Es importante acostumbrar al propietario de un gato de edad avanzada a saber la canti­dad de alimento que consume, ya que será de gran ayuda para poder hacer modificaciones en su dieta con el fin de conservar una buena condición corporal y una nutrición adecuada que favorezca su calidad y esperanza de vida durante muchos años.

Para ello, deberá pesar la ración diaria cada mañana. En casas con varios gatos puede ser más difícil, aun así, debe contabilizarse, aunque sea de forma aproximada. De este modo con­trolamos lo que come el paciente y podremos identificar rápidamente una disminución del apetito en él y, por tanto, posibles patologías presentes que de otro modo son difíciles de ver de forma temprana.

En la consulta, tras la valoración de la condi­ción corporal, se realizarán las siguientes modi­ficaciones:

  • Si está por debajo del peso óptimo, aumenta­mos un 10-20 % la ración actual.
  • Si está en peso óptimo (CC3), mantenemos la ración actual.
  • Si está por encima, es decir tiene sobrepeso, consideraremos la instauración de un plan de adelgazamiento. El sobrepeso en pacientes geriátricos es muy perjudicial para las articu­laciones.

El control de peso de los pacientes geriátricos es importante y podemos hacerlo fácilmente sin que el gato venga a la consulta, vía email o telefónica, pidiendo al propietario que le pese en casa.

La elección del alimento

Deberemos decidir, tras la valoración nutricio­nal, si el paciente necesita una dieta sénior, es decir, una destinada a un gato en edad avan­zada, o un cambio de dieta que se adapte a su situación actual. Estos son algunos ejemplos:

  • Si tiene una PCC por debajo del óptimo, cam­biaremos a una dieta más energética que la actual, sin necesidad de que coma más canti­dad, que a veces es difícil de conseguir, sobre todo en gatos con poco apetito.
  • Si presenta pérdida de masa muscular, dare­mos una dieta con mayor aporte de proteína que la actual, que no necesariamente será para gato sénior.
  • Si tiene sobrepeso, una dieta de adelgaza­miento sería la adecuada. Una vez llegado al peso óptimo, podemos considerar un cambio a una dieta sénior.
  • Por otra parte, si se identifica una patología, es posible que el veterinario prescriba una dieta terapéutica para esa enfermedad en concreto.

El método de administración

El método de administración del alimento tam­bién debe adaptarse al paciente, ya que la restric­ción de acceso al alimento no estará recomendada en los pacientes con una PCC insuficiente o con atrofia muscular, en los que estará indicada una alimentación ad libitum. En cambio, usaremos otros métodos para el control del consumo volun­tario en pacientes con tendencia al sobrepeso, como los comederos interactivos. Estos comede­ros fomentan su actividad y son capaces de redu­cir el consumo de alimento de forma voluntaria, reduciendo además la ansiedad que supone en el animal el racionamiento de la comida, sin olvidar los perjuicios sobre su salud urinaria, ya que esta forma de alimentarse (muchas comidas pequeñas a lo largo de las 24 h) les mantiene la orina ácida (poca alcalinización posprandial) lo cual les pro­tege de la formación de estruvita.

En cambio, racionar la comida en 2 o 3 tomas a lo largo del día, hace que la orina se alcalinice mucho tras las comidas aumentado el riesgo de que se forme estruvita.

Extraído de Emily Badaraco, La nutrición del gato geriátrico. Ateuves 80, págs. 12-16.

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La nutrición del gato geriátrico /la-nutricion-del-gato-geriatrico/ /la-nutricion-del-gato-geriatrico/#respond Fri, 21 Aug 2020 08:09:48 +0000 https://ateuves.es/?p=10457 En la vejez las necesidades nutricionales cambian y se han de adaptar a la situación clínica de cada paciente para asegurar una condición corporal óptima que favorezca su calidad y esperanza de vida. Existen criterios bien definidos en cuanto a las recomendaciones nutricionales para las fases de crecimiento, edad adulta, gestación o lactancia, pero no [...]

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En la vejez las necesidades nutricionales cambian y se han de adaptar a la situación clínica de cada paciente para asegurar una condición corporal óptima que favorezca su calidad y esperanza de vida.

Existen criterios bien definidos en cuanto a las recomendaciones nutricionales para las fases de crecimiento, edad adulta, gestación o lactancia, pero no hay recomendaciones específicas para animales geriátricos, dado que cada individuo puede envejecer a una velocidad diferente y presentar patologías muy variables.

La AAHA (American Animal Hospital Association), ha establecido tres fases durante el envejecimiento de perros y gatos —maduro, sénior y geriátrico— que son variables en función de su esperanza de vida, raza o tamaño (2005, AAHA Senior Care Guidelines for Dogs and Cats). Se considera, por tanto, que el gato entra en la fase de envejecimiento a partir de los 7 años, que sería la edad madura, a partir de los 11, la sénior, y a partir de los 15, la edad geriátrica.

¿Qué le sucede al paciente en esta etapa?

La vejez no es una enfermedad, por lo que no se debe generalizar sino considerar a cada paciente de forma individualizada. En el gato, sobre todo en la etapa de vejez más avanzada, se dan ciertos cambios fisiológicos importantes: son más sensibles al estrés y a las variaciones en su entorno y hábitos. Cuidar el bienestar del gato geriátrico en casa puede ayudar a prevenir situaciones de anorexia que desencadenen problemas de salud. Esta dificultad de adaptarse a los cambios provoca, muchas veces y sin que apenas nos demos cuenta, una disminución del consumo voluntario de alimento, por disminución de la movilidad,
por ejemplo, o por el deterioro de los sentidos del olfato y el gusto. Además, la reducción de la sensación de sed y hambre, que pueden darse también en esta fase, desencadena una deshidratación y desnutrición
subclínica que deteriora el estado general del gato.

Es de vital importancia detectar estos cambios en sus hábitos alimenticios para poder ofrecer al animal opciones más palatables y fáciles de comer: si el gato cambia, debemos adaptarnos también a esos cambios. Mantener una buena salud dental en estos pacientes es muy importante, ya que el dolor oral puede hacer que coman menos y favorecer la desnutrición.

Por otra parte, nos encontraremos con patologías en las que un tratamiento nutricional adecuado puede ser clave para el mantenimiento de la calidad de vida del paciente (ver cuadro).

¿En qué consiste una dieta sénior?

No existe un criterio específico para esta etapa por la gran variabilidad de cambios fisiológicos que se producen según el individuo, como hemos visto, por lo que cada fabricante o productor de alimento se basará en su experiencia para formular productos destinados a este tipo de pacientes. Lo que sí encontramos en la mayoría de ellas es el uso de nutrientes funcionales, como antioxidantes y ácidos grasos EPA y DHA.

Los antioxidantes

Para entender la importancia de los antioxidantes debemos saber primero que los radicales libres son unas moléculas que, a través de la oxidación, producen daño celular en los organismos. Este daño puede llevar a una alteración de la respuesta inmunitaria y ser un importante factor que contribuya a muchas enfermedades, como pueden ser la aceleración del envejecimiento, los tumores y la enfermedad cardiaca.

Los antioxidantes de los alimentos (ver cuadro) protegen frente al daño de los radicales libres, por lo que son beneficiosos en el manejo de los animales con procesos inflamatorios y enfermedades crónicas, donde están presentes. Además, se ha estudiado su contribución en la lucha contra el envejecimiento.

Los ácidos grasos

Los ácidos grasos omega-3, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), tienen un efecto antiinflamatorio, por lo que son beneficiosos en el control de enfermedades inflamatorias que pueden estar presentes en estos pacientes, como la artrosis, la enfermedad inflamatoria intestinal o la enfermedad renal, por ejemplo.

Las fuentes de estos ácidos grasos son de origen vegetal, como el aceite de lino o el aceite de linaza, o de origen animal, como el aceite de pescado. Hay que tener cuidado con los suplementos de ácidos grasos, porque si ya están añadidos en el alimento, su exceso puede desencadenar problemas de salud en el paciente. Debemos informar al propietario, ya que en muchas ocasiones utilizan suplementos de ácidos grasos (aceites de pescado sobre todo) que compran por recomendación externa.

Extraído de Emily Badaraco, La nutrición del gato geriátrico. Ateuves 80, págs. 12-16.

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Enriquecimiento ambiental en ratas mascota /enriquecimiento-ambiental-en-ratas-mascota/ /enriquecimiento-ambiental-en-ratas-mascota/#respond Fri, 10 Jul 2020 09:32:38 +0000 https://ateuves.es/?p=10376 La rata, como todos los animales, necesita tener estímulos mentales y una manera muy sencilla de conseguirlo es “jugar con la comida”. Las ratas silvestres pasan gran parte del día buscando alimento y en casa podemos intentar imitar esta conducta natural. Una manera muy sencilla es incentivar el forrajeo. Cuantas más conductas naturales estimulemos mejor [...]

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La rata, como todos los animales, necesita tener estímulos mentales y una manera muy sencilla de conseguirlo es “jugar con la comida”.

Las ratas silvestres pasan gran parte del día buscando alimento y en casa podemos intentar imitar esta conducta natural. Una manera muy sencilla es incentivar el forrajeo. Cuantas más conductas naturales estimulemos mejor será para el bienestar del animal.

Bandejas de forrajeo

Podemos utilizar una bandeja o un tupper bajo pero amplio, lo llenamos de algún sustrato suelto y no comestible y entre medias escondemos alimentos para que los busquen. Podemos utilizar cual¬quier alimento, pero una buena opción es usar los reservados como chuchería o insectos. Un buen sustrato de fondo podría ser el lino, ya que así incentivamos las conductas excavatorias (figura 1).

Figura 1. Bandeja de forrajeo con lino.

Alfombras olfativas

En el mercado hay gran variedad de estas alfombras. Pueden ser sintéticas o de materiales naturales. El funcionamiento es igual que las bandejas: se esconde alimento de pequeño tamaño y la rata debe buscarlo. Con estas fomentamos que roan las alfombras además de buscar la comida. También las podemos hacer caseras con alfombras de baño (figura 2).

Figura 2. Alfombras olfativas.

Comederos interactivos

También hay una amplia oferta en el mercado. Aquí podemos utilizar casi cualquier cosa que se nos ocurra y lo podemos usar, incluso, para ofrecer la ración habitual de comida. Hay pelotas con agujeros que al girar van echando el alimento introducido previamente, “mini árboles” de madera donde poner la comida a diferentes alturas, sacos textiles con pequeños agujeros rellenos de heno y chucherías, etc. En estos comederos podemos aprovechar para mezclar elementos para roer con comida.

Extraído de Sandra Fragueiro, Alimentación en ratas mascota. Ateuves 87, págs.. 6-9.

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Alimentación en ratas mascota /alimentacion-en-ratas-mascota/ /alimentacion-en-ratas-mascota/#comments Tue, 07 Jul 2020 09:43:26 +0000 https://ateuves.es/?p=10367 Las ratas domésticas son animales muy sociables e inteligentes que se han ganado un hueco en muchos hogares, pero que requieren una dieta bien balanceada para evitar problemas de sobrepeso y otras enfermedades. La rata doméstica (rattus norvegicus) es muy valorada como mascota porque es inteligente y cariñosa. Aunque este pequeño roedor lleva décadas acompañándonos [...]

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Las ratas domésticas son animales muy sociables e inteligentes que se han ganado un hueco en muchos hogares, pero que requieren una dieta bien balanceada para evitar problemas de sobrepeso y otras enfermedades.

La rata doméstica (rattus norvegicus) es muy valorada como mascota porque es inteligente y cariñosa. Aunque este pequeño roedor lleva décadas acompañándonos en los hogares de todo el mundo, generalmente vemos animales obesos o con deficiencias nutricionales por mala alimentación. Está en nuestra mano ofrecer un buen asesoramiento nutricional a sus propietarios para mejorar su calidad y esperanza de vida.

Tipo de alimentación

Las ratas son omnívoras oportunistas, en los ejemplares silvestres vemos que se alimentan fundamentalmente de frutos, raíces, semillas, insectos y, en ocasiones, pequeños mamíferos. Un hábito importante que afecta a la alimentación es que son nocturnas, por lo que general¬mente comerán más durante la noche.

Cómo formular una dieta adecuada

Las ratas suelen formar parte de nuestras familias desde muy jóvenes, aproximadamente desde el mes de vida. Esta primera etapa de la vida es muy importante para su alimentación, ya que son animales neofóbicos, esto quiere decir que, como recurso instintivo para evitar intoxicaciones, pueden evitar alimentos nuevos o comer cantidades muy pequeñas hasta que consideran que un alimento es seguro. Por ello, es fundamental presentarles gran variedad de alimentos desde el primer momento, ya que luego podrían no querer probarlos. Como con¬secuencia de ello y para garantizar una buena alimentación se recomienda el uso de piensos extrusionados en el que todos los pellets sean iguales para evitar que elijan qué alimentos comen y cuáles no (ver figura).

Mixtura de semillas de baja calidad izquierda y pienso extrusionado derecha.

Proteína y grasa

La composición ideal del pienso para una rata adulta contiene un porcentaje de proteína de entre un 12-27 % y aproximadamente un 5 % de grasa. Se estima que deberían comer entre 5 y 10 g de pienso por cada 100 g de peso del animal.

Fibra

Además del pienso, se recomienda proporcionar un aporte de fibra insoluble en la dieta de hasta el 20 % de la ración diaria, ya que aumenta el tamaño del bolo cecal y mejora la digestión; esto podemos conseguirlo con forraje, por ejemplo (heno, alfalfa, etc.). En animales obesos podemos aumentar ese porcentaje para favorecer la pérdida de peso, ya que disminuye la ingestión de otros alimentos.

Verduras y legumbres

La dieta se debe complementar con verduras carnosas y con variedad de verdura de hoja, para lo que resultan muy cómodas las mezclas de lechugas de supermercado. Como fuente extra de proteína vegetal e hidratos de carbono se puede añadir algo de legumbre remojada, arroz y pasta cocida sin sal; contralando siempre que no sobrepasemos la ración adecuada para cada animal para evitar el sobrepeso.

Proteína animal

En cuanto a la proteína de origen animal, se recomienda el uso de insectos, ya que no solo sirven como alimento sino que, como veremos más adelante, son una fuente de enriquecimiento ambiental. Es importante elegir bien el tipo de insecto, ya que algunos son muy grasos y podrían producir el mismo problema que un exceso de semillas. Un ejemplo de insecto equilibrado es el gusano de la seda, ya que tiene un gran valor proteico y es bajo en grasa.

La otra manera, y las más habitual, de aportar proteína animal es mediante carne, huevos y pescados, que deben estar cocidos sin sal y el tamaño no debe exceder el de una nuez pequeña, una o dos veces en semana. Se debe¬ría intercalar el tipo de proteína para que el aporte sea lo más variado posible.

Snacks

Los alimentos usados como snack o chuchería no deben superar el 5 % de la ración diaria. En este grupo incluimos, aparte de snacks comerciales, los lácteos y la fruta. En el caso de los lácteos (queso fresco sin sal o yogur natural sin azúcar), se recomienda utilizarlos como chuchería y de manera esporádica, ya que al tener una gran palatabilidad para estos animales, nos permite, usarlos en las técnicas de enriquecimiento ambiental, como ocurre con los insectos.

La fruta también debemos reservarla como chuchería, ya que hay estudios que confirman que un exceso de fructosa en la dieta estimula la aparición de nefrocalcinosis en las ratas hembra. Esto se debe a que la fructosa provoca un aumento de las concentraciones de fósforo y magnesio urinario y acidifica el pH urinario, lo que favorece la aparición del proceso. Además, la fructosa sobrecarga el hígado y aumenta los lípidos, el glucógeno y la actividad de las enzimas lipogénicas. En este punto hay que hacer especial mención a los cítricos, alimento muy controvertido porque está comprobado que el d-limoneno, una sustancia presente en la piel de los cítricos, induce tumores renales en ratas macho (no sucede en hembras). Esto se puede evitar pelando las frutas.

Es importante recordar que no se le deben dar alimentos procesados ni cocinados con sal, ya que su sistema digestivo no está adaptado para ello y, además, algunas de las sustancias contenidas en dichos alimentos pueden resultar tóxicas.

Extraído de Sandra Fragueiro, Alimentación en ratas mascota. Ateuves 87, págs. 6-9.

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Incovenientes del uso de los insectos en el pet food /incovenientes-del-uso-de-los-insectos-en-el-pet-food/ /incovenientes-del-uso-de-los-insectos-en-el-pet-food/#respond Tue, 23 Jun 2020 09:23:14 +0000 https://ateuves.es/?p=10319 Tal y como se explicó en la primera parte de este artículo, aún falta información nutricional sobre los insectos, debido en gran parte a su enorme variabilidad. Pero además de esto, cabría destacar algunos aspectos como la percepción de los propietarios, la seguridad alimentaria y la legislación actual sobre este tipo de productos. Cómo lo [...]

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Tal y como se explicó en la primera parte de este artículo, aún falta información nutricional sobre los insectos, debido en gran parte a su enorme variabilidad. Pero además de esto, cabría destacar algunos aspectos como la percepción de los propietarios, la seguridad alimentaria y la legislación actual sobre este tipo de productos.

Cómo lo perciben los propietarios

En aquellas zonas donde no hay tradición en su consumo, los insectos se rechazan principalmente por asco o aversión y se asocian a situaciones de pobreza o subdesarrollo, aunque a medida que viajamos a destinos “exóticos”, nuestras mentes se van adaptando. ¿Podríamos cambiar esta tendencia? Hay algunas ideas como incluirlos en paneles de cata, los beneficios asociados a la conservación del medio ambiente, ser conscientes de que conviven habitualmente con nosotros (gusanos de seda de los niños) o recordar el parecido de un crustáceo (por ejemplo, una nécora) a un insecto (por ejemplo, una araña). En nuestro país ya es cada vez más habitual que algunos supermercados comercialicen productos con insectos.

Seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria se vincula a las condiciones de la explotación. A pesar de ello, algunas situaciones que pueden generar inquietud son:

  • Algunos insectos son hospedadores intermediarios de algunas enfermedades parasitarias transmisibles: Toxoplasma, Giardia y Sarcocystis en las cucarachas o Dicrocoelium en las hormigas.
  • La posibilidad de desarrollar alergias, efectos tóxicos, metales pesados o pesticidas. Por eso se recomienda estar atento ante la posibilidad de un proceso de este tipo, ya que hay casos descritos en los humanos y existe cierta similitud con los alérgenos de algunos mariscos.

Cómo están las leyes

Con la legislación actual, en la Unión Europea es difícil incorporar los insectos en el pet food, ya que se consideran un subproducto del reciclado de los alimentos. Sin embargo, se comienza a permitir su uso bajo unas determinadas condiciones:

  • La producción debe ser exclusivamente sobre materia vegetal o, con algunas excepciones, sobre fuentes de origen animal y siempre con un control sobre su trazabilidad.
  • Se llevan a cabo análisis en laboratorios certificados y se exige a los productores el cumplimiento de los análisis de riesgos.
  • Se realizan periodos de ayuno previos al sacrificio de los insectos para eliminar el contenido digestivo.

Conclusión

A día de hoy, los insectos podrían ser una buena alternativa sostenible para nuestras mascotas. De hecho, en el mercado del pet food son un valor en alza. Sin embargo, la información actual de los insectos como materia prima en estos productos comerciales o en las raciones caseras es escasa.

Extraído de Silvia Miguélez-Fernández, Insectos en el pet food de nuestras mascotas, Ateuves 86, págs. 12-14.

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Insectos en el pet food de nuestras mascotas /insectos-en-el-pet-food-de-nuestras-mascotas/ /insectos-en-el-pet-food-de-nuestras-mascotas/#comments Tue, 16 Jun 2020 10:38:31 +0000 https://ateuves.es/?p=10289 El uso de insectos como un ingrediente más en la alimentación humana y animal tiene como base su riqueza en los nutrientes mayoritarios, que podría competir con los tradicionales. Sin embargo, el desarrollo del consumo de insectos choca directamente con la aceptación de los propietarios. El incremento de la población mundial, su actual modo de [...]

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El uso de insectos como un ingrediente más en la alimentación humana y animal tiene como base su riqueza en los nutrientes mayoritarios, que podría competir con los tradicionales. Sin embargo, el desarrollo del consumo de insectos choca directamente con la aceptación de los propietarios.

El incremento de la población mundial, su actual modo de vida en los países desarrollados y el incremento de la superficie ganadera (casi el 70 % del terreno agrícola) plantea ciertas dudas sobre la sostenibilidad del planeta. La creciente demanda de fuentes proteicas destinadas a la alimentación no deja de ser motivo de preocupación considerando la competencia por este nutriente entre los animales de abasto y el consumidor (humano). Todo ello, sin considerar el impacto ambiental de las emisiones ganaderas y el efecto invernadero. Por otra parte, solo en la Unión Europea (UE) se generan anualmente 90 millones de toneladas de residuos alimentarios procedentes de los hogares, distribuidores y la industria del sector (figura 1).

Esta situación ha determinado que se busquen nuevas fuentes alternativas de proteína que aseguren la seguridad alimentaria. El consumo de insectos como alimento está descrito desde hace milenios; sin embargo, desde hace poco menos de diez años, su interés como ingrediente base ha ido en aumento. Actual-mente se cita una cifra superior a las 2.000 especies de insectos que son consumidas por algunos animales salvajes y por los humanos, a pesar del rechazo que generan al consumidor.

Características nutricionales de los insectos

La gran variedad de especies, sexo, etapa del desarrollo, características del sustrato de crecimiento y las condiciones medioambientales de producción dificultan establecer unos valores estandarizados. En la tabla 1 se expone un ejemplo del contenido en proteína y grasa de dos especies en diferentes estadios de desarrollo. A pesar de estas diferencias, en general suelen tener un alto contenido en energía, proteína, aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas y minerales. De las múltiples especies de insectos, actual-mente en la UE se comercializan como pet food los grillos, saltamontes y langostas y los gusanos de la harina. Su presencia como mate-ria prima en los alimentos comerciales no está muy extendida, suelen ser el tercer ingrediente mayoritario en la lista de ingredientes (al 10 %) y su precio medio es inferior a los 10 €/kg, dependiendo del tamaño del saco.

Energía

Las calorías aportadas cambian dependiendo de la especie de insecto, con valores que van desde las 674 kcal/kg en el caso del gusano de seda a las 2.747 kcal/kg en el del gusano de la cera, todo ello comparable a la energía de la carne de ternera (2.822 kcal/kg) o de pollo (2.430 kcal/kg) (tabla 2).

Proteína

Su concentración es tremendamente variable, con valores que van del 7 al 95 % -con un nivel medio superior al 50 %- y una digestibilidad del 90 %. Todos estos valores son muy similares a los de los productos cárnicos de origen animal. En concreto, los grillos, saltamontes y langostas son los de mayor contenido en proteína (tabla 3). Además, su contenido en aminoácidos es superior a las recomendaciones de las publicaciones científicas y de los organismos independientes (FEDIAF o AAFCO), aunque hay diferencias respecto a algunos aminoácidos y la especie de insecto. Desde el punto de vista de la calidad de la proteína para las mascotas, se observa que la combinación de los azufrados (metionina-cisteína) representa el primer aminoácido limitante, seguido del triptófano. Es importante recalcar que no poseen taurina, beta sulfoaminoácido esencial en los gatos y condicional en algunas etapas de la vida de los perros.

Grasa

Es el segundo nutriente en importancia, con unos niveles medios del 25 % según la especie (escarabajos) y desarrollo (larvas) y ricos en ácidos grasos poliinsaturados. Por tanto, aportan ácidos grasos esenciales omega 3 (ác. α- linolénico) y omega 6 (ác. araquidónico), tan necesarios para la salud del perro y el gato.

Carbohidratos y fibra

En general, la concentración de carbohidratos es cercana al 10 %. Uno de ellos es la trehalosa, disacárido presente en la sangre de los insectos cuya función principal es el aporte de calorías. Los cánidos sí tienen actividad trehalasa para degradar este azúcar y obtener energía, por lo que su consumo puede ser interesante en pacientes obesos prediabéticos. Sin embargo, en los gatos la actividad de esta enzima es inexistente, al igual que en la especie humana. Respecto a la fibra, aportan también un 10 %, sobre todo en su exosqueleto, aunque gran parte de ella es indigestible (quitina). Las enzimas responsables de la degradación dependen de la adaptación a este tipo de dietas; en los países donde se comen insectos de manera habitual los mamíferos pueden utilizar este tejido. Los cambios se producen a nivel molecular, aunque se precisan mayores investigaciones científicas que nos indiquen qué ocurre en el perro y el gato.

Vitaminas y minerales

En el caso de los minerales, los resultados varían según la disponibilidad para el orga-nismo, la especie de insecto y el tipo de mineral. La principal limitación para su empleo es que son muy escasos en yodo y calcio ya que estos dos minerales no son necesarios para los invertebrados. Sin embargo son una buena fuente de zinc y hierro, y en menor medida de cobre, magnesio y manganeso. Respecto al contenido en algunas vitaminas, en el caso la vitamina A, E, D, tiamina (B1) y cobalamina (B12), los niveles detectados en los insectos no llegan a cubrir el 30-50 % de las recomendaciones para perros y gatos.

Extraído de Silvia Miguélez-Fernández, Insectos en el pet food de nuestras mascotas, Ateuves 86, págs. 12-14.

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La alimentación en perros diabéticos /la-alimentacion-en-perros-diabeticos/ /la-alimentacion-en-perros-diabeticos/#respond Tue, 09 Jun 2020 09:55:34 +0000 https://ateuves.es/?p=10260 En los perros la dieta desempeña un papel fundamental en el control de la diabetes y sus objetivos principales son alcanzar el peso corporal ideal del animal y reducir el efecto de hiperglucemia posprandial. En perros obesos: dieta rica en fibra Las dietas formuladas específicamente para perros diabéticos son ricas en fibra y pueden favorecer [...]

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En los perros la dieta desempeña un papel fundamental en el control de la diabetes y sus objetivos
principales son alcanzar el peso corporal ideal del animal y reducir el efecto de hiperglucemia
posprandial.

En perros obesos: dieta rica en fibra

Las dietas formuladas específicamente para perros diabéticos son ricas en fibra y pueden favorecer el control de la glucemia. Los perros con obesidad pueden presentan un grado variable de resistencia a la insulina, lo que puede dificultar el manejo de la enfermedad. Por ello, en perros obesos se debe llevar un
control estricto del aporte de calorías y utilizar dietas formuladas para la pérdida de peso. Por lo general, las dietas para la pérdida de peso tienen un contenido en fibra mayor que el que presentan las dietas formuladas para diabéticos.

En perros con baja condición corporal: dieta gastrointestinal

La diabetes no tratada generalmente conlleva una pérdida de peso, por lo que algunos perros diabéticos en el momento del diagnóstico pueden presentar una condición corporal baja y, por tanto, requieren una ganancia de peso para la normalización del peso corporal. En estos perros que están por debajo de su peso ideal, se aconseja administrar una dieta de alta digestibilidad (por ejemplo una dieta gastrointestinal), o dietas de mantenimiento, que son dietas con un mayor contenido calórico que el que presentan las dietas ricas en fibra.

Horarios de alimentación

En los perros diabéticos también es importante tener en cuenta los horarios de alimentación. La ingestión calórica que necesitan diariamente se debe repartir en dos tomas, alimentando al animal cada 12 horas y haciendo coincidir las tomas con la administración de la insulina. Es preferible que primero coma y justo tras la comida se le administre la insulina. De este modo, tenemos la opción de variar la cantidad de insulina en el caso de que el perro no quiera comer o coma muy poco; en este caso, administraremos solo la mitad de su dosis habitual de insulina.

Inconvenientes

Las dietas para perros diabéticos pueden tener algunos inconvenientes. Uno de ellos es que, al
ser un alimento rico en fibra, pueden tener una menor palatabilidad y algunos perros diabéticos
pueden rechazar su consumo. Otro inconveniente también relacionado con el alto contenido en fibra
es que se puede observar un incremento de la frecuencia de defecación, del volumen de heces, y
pueden presentar heces blandas o flatulencia. En aquellos perros diabéticos que presenten problemas
de aceptación del sabor, otra dieta alternativa para ellos puede ser una dieta gastrointestinal. Otra opción para perros diabéticos que no aceptan una dieta comercial para esta enfermedad es el uso de dietas caseras formuladas por especialistas en nutrición y personalizadas para las características de cada paciente.

Finalmente, y al igual que en los gatos diabéticos, en aquellos perros con diabetes y enfermedades concurrentes, la dieta deberá ser indicada por el veterinario y estar adaptada a la enfermedad concurrente. Por ejemplo, en perros con diabetes y pancreatitis, la dieta gastrointestinal baja
en grasa sería la dieta de elección (ver figura).

A: Perro macho, mestizo de 13 años de edad con historia de poliuria, polidipsia, vómitos y anorexia al que se le diagnostica diabetes mellitus y pancreatitis. Actualmente está estabilizado con un tratamiento de insulina y una dieta gastrointestinal baja en grasa; B: Imagen ecográfica del páncreas y duodeno con unos hallazgos compatibles con pancreatitis.

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